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Los pediatras de Estados Unidos aceptan la eficacia y seguridad de la marihuana medicinal con alto CBD para tratar la epilepsia infantil

  • Han pasado diez años desde la última vez que la Academia de Pediatría de Estados Unidos se pronunciara sobre la posibilidad de recetar cannabis terapéutico a aquellos niños que lo necesitaran. En aquella ocasión fue de forma negativa. Pero los tiempos han cambiado, y ante la gran evidencia científica existente, ahora cree que hay que investigar más sobre su aplicación en niños con graves enfermedades como la epilepsia.
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Hace unos días, la Academia de Pediatría de Estados Unidos dio un paso adelante al aceptar la marihuana medicinal como una alternativa médica para tratar determinadas enfermedades en menores. La institución apoya que se revise cada expediente médico y que sea un facultativo quien decida si realmente el paciente necesita cannabis para mejorar su salud.

Por eso, y a parte de sus sorprendentes muestras de apoyo, ha pedido a la Agencia de Control de Drogas del país que permita que se investiguen científicamente las aplicaciones terapéuticas del cannabis medicinal. Considera que ha llegado la hora de fomentar y ampliar los estudios sobre el posible uso farmacéutico de la marihuana y de determinar cuáles son sus beneficios y sus límites.

Un estudio más exhaustivo permitirá calcular, por ejemplo, las dosis de marihuana medicinal que los pacientes necesitan en función de sus características físicas y su enfermedad. Además, quienes exigen utilizar este tipo de medicamentos saben y entienden que deben ser recetados por un médico, por lo que desde el punto de vista legal no habría problema alguno.

En parte también para ayudar a impulsar este tipo de estudios clínicos, la Academia Americana de Pediatría también recomienda al gobierno reclasificar la marihuana como una droga de Clase II, una categoría que incluye sustancias terapéuticas (pero también adictivas) como la oxicodona, la morfina y la codeína. Actualmente, la marihuana se considera una droga de Clase I, junto con sustancias como la heroína y el ácido, que se cree que no tienen valor medicinal.

Quienes siguen con cercanía la actualidad en materia de legalización consideran que la nueva postura es fundamental para avivar el debate sobre qué usos debe darse a la marihuana medicinal, sobre la rapidez con que debe ponerse a disposición de los pacientes y sobre la posibilidad de que se legalice en aquellos estados donde su uso aún no está permitido.

¿Nuevas variedades legales?

Este visto bueno de los pediatras llega en un momento clave, cuando empiezan a desvelarse los primeros resultados del trabajo que muchos laboratorios estadounidenses vienen realizando desde hace años para dar soluciones reales a aquellos niños que sufren enfermedades como la epilepsia. Muchos de esos centros de estudio, y por suerte para los que defienden la utilización del cannabis como un medicamento igual de válido que muchos otros, están llegando a conclusiones positivas sobre muchas variedades concretas, que respaldarán a los que defienden la bandera de la regularización.

Entre estas variedades, están las especialmente pensadas para los pequeños que sufren epilepsia y convulsiones diarias, con bajo contenido en THC y gran presencia de CBD (un elemento no psicoactivo de la marihuana que calma esas convulsiones).

Seth Ammerman, pediatra e investigador de la escuela de medicina de la Universidad de Stanford, opina que era necesaria una postura como la de la Asociación de Pediatría para defender los derechos de la infancia. Es el momento adecuado, ya que desde 2004 la investigación con respecto a los beneficios medicinales del cannabis ha avanzado mucho, y hubiera sido un error pasarlo por alto. Por eso "la academia ha creído que era importante hacer una declaración política" y pública sobre el asunto. Una decisión que confirma lo que muchos ya sabían: el cannabis medicinal va ganando terreno en el mundo sanitario, tanto infantil como adulto.

Un posible alivio para las familias

La situación podría beneficiar especialmente a aquellas familias con hijos menores que llevan largas temporadas padeciendo enfermedades crónicas o patologías graves. Familias que llevan también mucho tiempo intentando que su voz se escuche, pidiendo remedios cannábicos para que sus pequeños tengan mejor calidad de vida. Los expertos consideran que cuanto más avanzada esté la investigación sobre el cannabis medicinal, más caminos habrá para que los pequeños enfermos puedan encontrar alternativas para su mejoría.

Los niños con epilepsia, por ejemplo, sufren cientos de convulsiones diarias (incluso más de 200 o 300 en patologías como el Síndrome de Dravet) que les impiden ser niños normales, sonreír, hablar, comer y moverse. Para los que piensan que la marihuana perjudica la salud de los niños, los padres tienen una respuesta sencilla: su estado no puede empeorar más; el cannabis medicinal es, prácticamente, su única esperanza.

De hecho, son numerosos los ejemplos de niños que vuelven a tener una vida normal tras medicarse con aceites cannábicos sin componentes psicoactivos. El de la niña Charlotte Figi (que da nombre a la cepa terapéutica Charlotte´s Web) es, posiblemente, el caso más conocido y representativo. Niños y padres de países como Canadá o Australia, movidos por la desesperación, también han decidido hacer uso del cannabis a pesar de las restricciones legales que imponen sus países.

Es posible que esta postura de los pediatras pueda afectar al proyecto de ley presentado en el Congreso estadounidense en julio de 2014, que pedía que ciertas cepas con bajo contenido en THC se utilizaran con fines médicos a pesar de la prohibición federal que pesa sobre el cannabis. Su intención era y sigue siendo sacar el máximo partido al CBD, que consigue reducir las descargas eléctricas y químicas anormales que sufren las personas que sufren epilepsia. La base de un medicamento con apenas efectos secundarios que podría ser el principio de una legalización más amplia.

De momento, a finales de diciembre pasado, el Senado del país aprobó un proyecto de ley presupuestaria con una partida de más de 1.100 millones de dólares que financiará al Gobierno federal hasta octubre de 2015 y que contiene la llamada enmienda 'cromnibus', con la que se prohíbe a las autoridades federales perseguir a los que compren o vendan marihuana para uso medicinal en los estados donde el cannabis terapéutico esté regulado de un modo u otro. 

Seguro que este tipo de iniciativas gubernamentales, y este nuevo y positivo punto de vista pediátrico sobre el uso del cannabis medicinal, anima a otras instituciones a repensar un debate que está más presente que nunca en las calles del país norteamericano.

06/02/2015

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