THC cannabis canamo marihuana

¿Cuál es el porcentaje de THC por encima del cual el cannabis sativa deja de ser cáñamo para convertirse en marihuana?

  • Los límites no están claros y varían dependiendo de la institución. Se trata de un problema global que debería solucionarse cuanto antes para que un cultivador no pase con facilidad a ser considerado fuera de la legalidad. Algo así le ha pasado a un agricultor español que se define como gran defensor de la planta, que lleva mucho tiempo produciéndola y que ahora se enfrenta a una importante condena. 
THC cannabis canamo marihuana

Juan Zurita es agricultor, se dedica al cuidado de cáñamo y ha sido condenado a tres años y medio de prisión por la Audiencia Provincial de Málaga después de que le fueran intervenidos 120 kilos de cannabis sativa con porcentajes de THC de entre 0,18 y 0,81 % en su finca de Las Alpujarras. La condena habla de delito contra la salud pública después de que los jueces interpretaran que su planta es, en realidad, marihuana. Zurita lo niega y asegura que solo se trata de cáñamo, el mismo que trabaja y vende públicamente desde hace años.

Tanto él como otros agricultores han solicitado que se aclare cuál es el porcentaje de contenido psicoactivo que la planta debe tener para seguir siendo considerada cáñamo por las autoridades y no tener que hacer frente a problemas legales. La respuesta no es clara. En su caso, el tribunal que lo condenó invocó una sentencia del Supremo de 2007 en la que se cita otra de 1999 que dice que es marihuana esa planta de cannabis que tiene entre el 0,4 y el 4 % de THC.

Mientras tanto, la Unión Europea permite producir cáñamo industrial y hortícola cuando este elemento psicoactivo es menor al 0,2 %, aunque antes de 2002 estaba fijado en 0,3 %. No obstante, para que el cultivo sea legal hay que tener en cuenta más disposiciones.

Por otro lado, el Plan Nacional Sobre Drogas y el Ministerio de Sanidad consideran que es marihuana aquella planta que tiene una concentración de contenido psicoactivo de entre el 1 % y el 5 %. Hay que tener en cuenta que, como indican los expertos, el THC varía según el clima y la naturaleza de la planta entre el 2 % y el 10 %, por lo que no es ilegal cuando contienen un porcentaje de THC inferior al 2 %. En estos casos su cultivo puede ser subvencionado por importantes instituciones siempre que sea necesario.

La cuestión que tratamos plantea muchos problemas, haciendo que una misma persona, dependiendo de qué límite se siga, pase de simple agricultor a ser considerado fuera de la legalidad cuando los porcentajes varían ligeramente. En todo caso, según los límites conocidos, y aunque no coincidan, el agricultor recientemente condenado (y ahora en busca y captura) no estaría traficando con drogas.

Estos límites siempre han generado una gran controversia, no solo en España. En Estados Unidos tratan el tema desde dos puntos de vista diferentes, el científico y el legal, por lo que el debate a nivel federal siempre está sobre la mesa. En las conversaciones siempre sale el nombre de Dana Larsen, un investigador canadiense que en 1971 quiso diferenciar entre cáñamo y marihuana. Larsen reconocía que apenas existían diferencias entre ambas, pero que era necesario establecer una línea divisoria, por lo que puso un límite de THC en 0,3 %. Superado, se hablaría siempre de marihuana. Desde entonces se ha convertido en un estándar en todo el mundo, aunque después cada país determina el que considera más oportuno.

Más allá de los porcentajes establecidos hay otros requisitos que deben tenerse en cuenta a la hora de cultivar cáñamo. Según un estudio de 1976 publicado por la Asociación Internacional de Taxonomía de Plantas, tanto el cáñamo como la marihuana son del mismo género, el cannabis, y de la misma especie, cannabis sativa. Dependiendo de cómo se cultiven y utilicen hablaremos de una u otra planta. Además, los cultivos se aceptan o no dependiendo de la ubicación de la plantación, de la cantidad de resina, del número de plantas feminizadas, de la cantidad de semillas o de la longitud de las fibras.

Entre otras cosas, España solo permite el cultivo de 25 variedades de cáñamo industrial, y sus semillas deben estar certificadas por la Unión Europea para que el cultivo sea aceptado. Entre ellas, las más utilizadas en este país son la Delta y la Delta 405.

Desde luego, este tipo de producciones no son algo nuevo. El cáñamo lleva cuidándose en el país desde hace siglos, como parte de una tradición más y como legado de los árabes que lo trajeron desde China hace más de 1500 años.

Desde entonces y hasta nuestros días, zonas como Toledo han explotado su materia prima, aunque las plantas más conocidas proceden de lugares como Barcelona, Lérida, Valencia, Alicante y Castellón de la Plana, con variedades especialmente apreciadas en la zona de Levante, sobre todo Orihuela. Ellas, junto con Teruel, Segovia, Albacete, Huesca, Zaragoza, Guadalajara, Soria y Baleares, son los mayores productores anuales de cáñamo en España.

La localidad de Vega Baja del Segura cuenta con toda una historia ligada a la economía del cáñamo desde la Edad Media, por eso también es conocida con los apodos de 'ciudad de cáñamo' y 'taller de aprendiz de cáñamo'. Más allá de esto, en época de Cristóbal Colón, los barcos que llegaba de América lo hacían cargados de toneladas de productos fabricados con la fibra de este vegetal que luego eran producidos en lugares como Tarragona, Lérida y Balaguer.

Después, en el siglo XVIII, las llanuras de Granada se convirtieron en uno de los lugares preferidos para la siembra, cuyo cultivo se vio reforzado desde la época de Primo de Rivera y durante la Guerra Civil. Un año después del inicio del conflicto bélico, en 1937, Estados Unidos prohibió el uso de cáñamo para promover el de algodón y fibras sintéticas. Después, España firmó varios convenios con los que impide la siembra, producción y comercio de cannabis, pero ninguno de ellos condena la del cáñamo industrial.

Por todos estos motivos, tanto Zurita como otros 150 agricultores llevan meses solicitando que la Policía indique cuál es la normativa a la que deben atenerse para producir sus plantas. Por el momento siguen sin recibir respuestas. El mismo Zurita declaró que simplemente se dedica a divulgar la cultura cañamera, porque hay dos pueblos que se llaman Cañamero y Cañamares "y que el mejor aceite del mundo es el aceite de cañamones", además de ser esta la primera planta utilizada por el hombre y algo necesario para superar el cambio climático.

La cuestión es de especial delicadeza, puesto que en los últimos años muchos agricultores españoles han apostado con todas sus fuerzas por los cultivos de cáñamo industrial, especialmente por sus vínculos con la agricultura ecológica y sostenible. Los límites deberían ser claros. Habrá que esperar a que las autoridades se pronuncien debidamente sobre el asunto. 

22/02/2016

Comentarios de nuestros lectores

Aún no hay comentarios. ¿Quieres ser el primero?

¡Deja un comentario!

Contacto

x
Contacta con nosotros