- Los ciudadanos, dispensarios y cultivadores de marihuana medicinal de aquellos estados de EE.UU. con leyes que permitan el uso terapéutico del cannabis no podrán ser perseguidos por las autoridades federales. Se acabó la mal llamada “guerra contra las drogas” en lo que respecta a la marihuana medicinal allí donde ha sido aprobado su uso, una medida de fondo que podría cambiar las reglas del juego a nivel mundial.
Mientras que en España la delegación del Gobierno del País Vasco recurre judicialmente la ordenanza municipal para regular los clubes sociales de cannabis de San Sebastián, en Estados Unidos nunca antes la marihuana había sido tan legal.
Especialmente después de que, hace apenas quince días, el Senado del país haya aprobado (en una votación bipartidista, por 56 a 40 votos) un proyecto de ley presupuestaria con una partida de más de 1.100 millones de dólares que financiará al Gobierno federal hasta octubre de 2015 y que contiene una enmienda con la que se prohíbe a las autoridades federales perseguir a los que compren o vendan marihuana para uso medicinal en los estados donde el cannabis terapéutico esté regulado de un modo u otro.
Son pasos de gigante por parte del país norteamericano que dejan a España y al resto de países europeos muy atrás en los esfuerzos por la legalización. Un proyecto de ley, apodado 'cromnibus', que solo necesita para su entrada en vigor la firma del presidente Barack Obama.
Ya sabíamos que, de producirse dicha votación, el Departamento de Justicia del país norteamericano podría verse obligado a dejar de arrestar a cultivadores y vendedores de marihuana medicinal en aquellos estados donde se haya levantado la prohibición. En otras palabras: Estados Unidos ha tomado la iniciativa para poner fin, de una vez por todas, a la mal llamada "guerra contra las drogas" que metía sustancias muy distintas en el mismo saco.
La buena noticia para el mundo cannábico ha sido posible gracias a una enmienda que dos congresistas de California – el demócrata Sam Farr y el republicano Dana Rohrabacher – hicieron a la ley presupuestaria, y que establece que debe prohibirse que el Departamento de Justicia y la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) utilicen dinero de los contribuyentes para atacar - por cualquier vía - aspectos relacionados con la marihuana medicinal en aquellos estados donde la planta esté respaldada por la ley.
Y es que, según información de Americans for Safe Access, el gobierno de Obama habría malgastado unos 300 millones de dólares en la lucha contra el cannabis desde que está en el poder.
Según explicó el congresista Sam Farr en un comunicado, su decisión fue tomada porque considera que los ciudadanos quieren que las políticas relacionadas con la marihuana se lleven a cabo con "sentido común". Es más, opina que la mayor parte de los estados que han aprobado leyes cannábicas y medicinales lo han hecho de forma "totalmente razonable".
Esta enmienda impediría "el procesamiento innecesario de los pacientes". También favorecería que se pusiera fin a muchos casos penales pendientes contra cultivadores en los tribunales federales y evitaría las redadas contra los dispensarios.
Esta iniciativa no es de extrañar cuando en la actualidad existen ya 32 estados que cuentan con leyes relacionadas con el cannabis medicinal que, sin embargo, entran en conflicto con las leyes federales. Hace un año, el Departamento de Justicia ya avisó de que los agentes federales habrían de tener en cuenta las leyes de cada estado cuando hubiera que regular asuntos relacionados con la marihuana medicinal, pero hasta ahora no había habido ningún cambio oficial en la ley.
Este es un gran paso para los defensores del cannabis terapéutico, ya que, en palabras de Erik Altieri, portavoz de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes sobre Marihuana, estos activistas llevan luchando desde 2002 para obtener algún tipo de legislación a nivel federal que haga caso a sus exigencias. "Estamos muy animados al ver que el Congreso comienza a tomar algunas medidas para resolver el conflicto entre nivel estatal y nivel federal con respecto a la marihuana", ha declarado.
Esta enmienda es la primera gran victoria en legislación federal para grupos como NORML y Marijuana Policy Project, puesto que al menos seis estados, animados por una cada vez más amplia apertura, podrían seguir la senda de Colorado, Washington o Oregón y acabar legalizando la marihuana para uso recreativo en los próximos años (entre ellos Rhode Island y Vermont, que son los más prometedores). Al fin y al cabo, queda patente que el Congreso está avanzando muy rápidamente en cuestiones referentes al cannabis para uso terapéutico, lo que podría repercutir positivamente en el uso recreativo.
Mike Liszewski, director de asuntos gubernamentales de Americans for Safe Access', explicó que el Congreso hacía lo correcto al proteger los derechos de los pacientes poniendo fin a "un ataque" que venía cerniéndose sobre la comunidad que necesita tratar sus dolencias con marihuana.
Además, el actual proyecto presupuestario también impediría que la DEA interfiera en cuestiones de cáñamo industrial en aquellos estados en los que es legal, es decir, en 18 estados (aunque esta legalización ya está siendo estudiada en 12 estados más).
La situación da esperanzas no solo a los estadounidenses sino también a ciudadanos de Europa y el resto del mundo. Desde Dinafem creemos firmemente que, independientemente de los obstáculos políticos a los que los usuarios de la marihuana deban enfrentarse en países como España, a la larga se acabará imponiendo el ejemplo norteamericano, tanto desde el punto de vista recreativo como desde el medicinal.
Aunque en España la Abogacía del Estado comience a pronunciarse en contra de leyes y ordenanzas (como las relacionadas con los clubes cannábicos), estamos seguros de que será la poderosa tendencia en EE.UU. la que acabará dominando el ámbito mundial, dado el gran impulso regulador y en contra de la criminalización que está adquiriendo su defensa a favor del cannabis en los últimos tiempos.
Y es que, al final, Washington está exigiendo a la DEA y al Departamento de Justicia que deben dejar vía libre a los usuarios, productores y dispensarios que funcionan con leyes estatales medicinales, lo que también acabará poniendo en el mismo plano a la marihuana terapéutica y a la recreacional.
Su lucha va poco a poco pero están consiguiendo sus objetivos con firmeza. La lucha en España debe ser igual de firme y debe continuar su paso hacia la legalización en todos los sentidos, mientras sus activistas deben confiar en quienes llevan tanto tiempo trabajando para que la regulación tenga lugar. Al igual que ahora la marihuana nunca había sido tan legal en EE.UU., también llegará el momento en que lo sea en el resto del mundo. Hay que seguir trabajando por ello. Sin prisa pero sin pausa.
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