general madrid cannabis medicinal argentina

General La Madrid: un pequeño pueblo abandera la lucha por el cannabis medicinal en Argentina

  • Las autoridades de General La Madrid, una localidad argentina de 7.900 vecinos situada al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, han propuesto al Congreso del país que despenalice el cultivo y producción de marihuana con fines terapéuticos. Todo el municipio se ha volcado en esta causa que puede dar un nuevo impulso a la economía local. Las experiencias positivas de países cercanos, como Chile y Uruguay, pueden ayudar a abrir camino en Argentina.
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Argentina es uno de los países más restrictivos de América Latina en lo que a regulación cannábica se refiere. A diferencia de algunos vecinos sudamericanos, el gigantesco país cuenta con una política prohibicionista que ni siquiera contempla el consumo terapéutico. Ahora, una pequeña localidad argentina quiere revertir la situación y se ha puesto a la vanguardia en la regulación del cannabis medicinal.

Hablamos de General La Madrid, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires de apenas 7.900 habitantes. La gran mayoría de ellos quiere que se acabe con los recelos que existen hacia la marihuana y que su pequeño municipio se convierta en un laboratorio para experimentar con el cannabis terapéutico. En la lucha están implicados muchos de los agentes sociales: el alcalde, por supuesto, pero también la policía o un sacerdote. Y cómo no, los propios médicos.

Para ello, el Concejo Deliberante del municipio (el nombre con el que se conoce en Argentina al organismo encargado de la regulación municipal) ha pedido al Congreso del país que tramite la despenalización del cultivo y producción de marihuana con fines terapéuticos. Para el alcalde de General La Madrid, Martín Randazzo (de la coalición oficialista Cambiemos), los diputados han de "ponerse en los zapatos de los que sufren". En su opinión, el cannabis "puede mejorar la calidad de vida de los pacientes, el dolor, el sueño…". Además, ha destacado el "consenso colectivo" para que el Concejo tramitara la propuesta.

La idea surgió después de que uno de los médicos de General La Madrid, Marcelo Morante, viajara a Canadá para adquirir conocimientos sobre la materia, movido por la epilepsia refractaria que sufre su hermana. Morante es profesor en la Universidad de La Plata, así que este viaje supuso también un desafío educativo contra la rigidez que a veces paraliza a las instituciones argentinas a la hora de investigar temas controvertidos. Luego podría aplicar el resultado en sus investigaciones a la organización de un taller comunitario en la localidad, para involucrar a toda la comunidad.

Tras ese taller, y a pesar que era todo un reto plantear un tema así a una sociedad con tantos prejuicios, médicos, policías y hasta el párroco del pueblo apoyaron la propuesta. Y cuando la intendencia (ayuntamiento) supo de todo esto, surgió la idea de pedir al Congreso que General La Madrid se convirtiera en lugar de cultivo para fabricar productos terapéuticos. "Con mucha emoción yo los vi muy interesados en el tema, muy comprometidos. Estoy orgulloso realmente de cómo respondió mi comunidad". Según su relato, cuando en 2015 dio una conferencia en el Congreso Nacional de Tecnología, "la sociedad científica se mostró más reticente". El médico también ha destacado que lo que primaba en sus vecinos era "el afecto, la solidaridad con el que tiene dolor", por encima de "cualquier tipo de especulación o de prejuicios".

Por si esto fuera poco, en General La Madrid quieren realizar un ensayo clínico que aporte más argumentos científicos a los beneficios del cannabis que ya se conocen. La investigación, debidamente autorizada por el Estado, permitiría a las universidades o al Conicet (el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) diseñar un protocolo de actuación con la marihuana medicinal.

El alcalde Randazzo, médico también a pesar de haber sido elegido para el cargo municipal, ha dicho que la propuesta puede servir para que el pueblo se desarrolle aún más, no solo a nivel científico y social, sino económico. General La Madrid basa su economía en la agricultura y la ganadería, por lo que, si la propuesta llevada al Congreso recibe el visto bueno, se podrán diversificar sus actividades. De hecho, ya cuentan incluso con el terreno donde se podría comenzar a hacer el cultivo para poder realizar los ensayos clínicos. La responsable de la investigación sería Silvia Kochen, neuróloga especialista en epilepsia.

Mientras en Buenos Aires toman una decisión, el pueblo ya se está convirtiendo en centro de debate. Recientemente tuvo lugar allí el I Seminario Internacional de Cannabis Medicinal, en el que estudiosos, médicos, cultivadores y madres de niños con epilepsia hablaron sobre las propiedades terapéuticas de la marihuana. De hecho, uno de los principales argumentos que usaron para la legalización es cómo el dolor se alivia en pacientes que toman productos cannábicos.

General La Madrid acogió a invitados extranjeros, de Chile y Uruguay, para hablar de experiencias con el cannabis medicinal. Hubo investigadores universitarios, pero también miembros de la chilena Fundación Daya, que trabaja para facilitar el uso del cannabis en enfermos y que constituye un importante antecedente de lo que quieren hacer en La Madrid.

Una de las asistentes, María Laura Alasi, es madre de Josefina, una niña con hasta 20 convulsiones diarias debido al síndrome de West (una encefalopatía epiléptica infantil). Vecina de la ciudad de Villa Gesell, también en la provincia de Buenos Aires, Alasi dijo estar emocionada por lo que había vivido durante el seminario: "No estamos hablando de marihuana, estamos hablando de nuestros hijos. La marihuana es algo que los ayuda a vivir . Si hubiera sido cualquier otra planta yo creo que este debate no se daba . Hay que cambiar esa mentalidad":

María Laura Alasi fue la primera persona argentina que consiguió autorización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para importar por la vía legal el aceite de cannabis que necesitaba su hija Josefina, en concreto de la famosa cepa Charlotte's Web. "Lo que nos preocupa ahora es que están cobrando 2.500 pesos (unos 150 euros) en impuestos para traer el aceite que sale a 275 dólares, más 50 de envío y las familias con niños con patologías severas no podemos sostener esos costos", explicó, por lo que pide flexibilizar tanto las autorizaciones como la liberación de los impuestos asociados.

Un país buscando la vanguardia en América Latina

Mientras que la legislación tiene que solucionar todos estos inconvenientes burocráticos, son ya muchos los argentinos que saben de las propiedades terapéuticas de la marihuana y luchan para que las barreras y los prejuicios se rompan. Es el caso de Cameda (Cannabis Medical Argentina), una asociación de madres que cultivan cannabis por cuenta propia y preparan aceite para sus hijos enfermos. Cameda también estuvo presente en los dos días de seminario promoviendo la información y las propuestas para legalizar la producción local. El próximo 7 de mayo, con motivo de la Marcha Mundial de la Marihuana, realizarán una concentración multitudinaria por la regulación.

En la lucha para la legalización del cannabis terapéutico, los argentinos cuentan con la experiencia cercana de sus vecinos chilenos. La organización Mamá Cultiva, de la que forman parte más de 100 familias, agrupa a madres que decidieron por iniciativa propia cultivar cannabis con el fin de aliviar los síntomas de sus hijos, que sufren epilepsia refractaria (de hecho, representantes de la asociación estuvieron en el seminario apoyando a las madres argentinas con los mismos problemas). El Gobierno de Chile ya les ha dado permiso (el primero del país) para producir cannabis medicinal con el que crear aceites para pacientes oncológicos. La nación cuenta con el cultivo de marihuana terapéutica más grande de Latinoamérica, y en 2015 se aprobó un proyecto de ley para despenalizar el autocultivo.

Actualmente, el tema tampoco escapa a la agenda del Congreso argentino. El pasado 21 de marzo, un grupo de diputados de distintos bloques de la oposición, con el apoyo de dirigentes de asociaciones de la sociedad civil y médicos especialistas, presentaron un proyecto de ley para autorizar el uso medicinal de la marihuana. En la iniciativa se le solicitaba al Poder Ejecutivo de la Nación que, a través de los organismos que correspondan del Ministerio de Salud, "realice los estudios pertinentes a fin de determinar la viabilidad de la utilización de medicamentos ricos en cannabidiol, derivado de la marihuana, para el tratamiento de epilepsia refractaria".

En caso de prosperar esta iniciativa, debería modificarse el artículo 29 de la Ley Nacional de Estupefacientes, permitiendo el consumo, la tenencia y la producción de la planta en todas sus variedades, compuestos y activos tanto para fines terapéuticos como para la investigación "cuando el objetivo sea el control de los síntomas y para cuidados paliativos".

Un poco más alejado, pero también en América Latina, Colombia reguló el uso de marihuana medicinal el pasado mes de diciembre, mediante un decreto presidencial. Ahora Argentina puede mirar a izquierda y derecha e incluso al norte para encontrar ejemplos en los que reflejarse y ponerse en la primera fila de las políticas cannábicas positivas. Y en General La Madrid encontrará un perfecto aliado.

09/05/2016

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