La NFL acepta por fin que los jugadores usen marihuana medicinal

  • La Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) de Estados Unidos ha dado su brazo a torcer con las asociaciones de jugadores para estudiar el uso del cannabis terapéutico en este deporte.
  • Son muchos los miembros que recurren a la marihuana como tratamiento paliativo del dolor después de los partidos o durante la recuperación de una lesión; sin embargo, se penaliza a los que dan positivo en un control.
  • La NFL ha abierto un camino que otros deportes siguen con atención y que acompaña a esta ola de legalización y cambio social que está experimentando el país.

El fútbol americano es uno de los deportes más duros que existen, debido al desgaste que producen los golpes y el contacto físico. Un estudio reciente ha revelado el vínculo de esta práctica deportiva con las lesiones cerebrales: de 111 cerebros examinados de jugadores fallecidos de la NFL se encontraron evidencias de encefalopatía traumática crónica en 110 de ellos. Esta enfermedad degenerativa es el precio que han tenido que pagar con los años los que un día fueron estrellas de este deporte bajo innumerables golpes en la cabeza

Pero no solo en la cabeza. Basta con ver los números: solo en 2013-2014 los jugadores de la NFL sufrieron un total de 1300 lesiones en el campo, según un estudio realizado por SimpleTherapy. Y ninguna parte del cuerpo es segura: el 22 % de las lesiones ocurren en las rodillas, el 15 % en los tobillos, el 12 % en la parte superior de las piernas y el 9 % en los hombros. Las consecuencias de una lesión duran mucho más allá del día del partido. De hecho, muchos jugadores lidian con dolores constantes a lo largo de toda la temporada y, como resultado, recurren a peligrosos métodos de automedicación.

Se ha acusado a la NFL de no cuidar el bienestar de sus jugadores a largo plazo y de ocultar los efectos nocivos que tienen ciertas lesiones y envites. Quizás esto ha ayudado a que haya querido dar un paso adelante hacia el reconocimiento del cannabis medicinal como opción legítima para el control del dolor. La NBA, por ejemplo, aún no ha movido ficha y mantiene su posición prohibitiva y punitiva para aquellos jugadores que hagan uso de la marihuana. Esta situación, en un país donde en parte del territorio el uso de cannabis es legal, resulta injusta para muchos de los atletas.

Esto quiere decir que aunque juegues en California, Colorado u Oregón, estados donde el consumo de marihuana está despenalizado, la liga te podía imponer multas o inhabilitarte durante meses si encuentra restos de THC en un análisis rutinario (algo que con el alcohol no sucede, por ejemplo). Uno de los casos más mediáticos fue cuando en 2015 castigaron al jugador de la NFL Josh Gordon con un año fuera del terreno de juego por una prueba positiva de cannabis. En su lugar, el jugador Ray Rice fue penalizado con dos partidos de suspensión por una condena de violencia doméstica contra su pareja. Este desproporcionado caso puso a la opinión pública en contra de la NFL, que terminó por reducir la pena de Gordon y alargar la de Rice ante la presión de los seguidores. 

Pero este avance no solo tiene que ver con una sed de justicia y de normalización del consumo de cannabis, que en tantas regiones de Estados Unidos se está logrando por la vía legal y social, sino con las bondades medicinales que la marihuana puede ofrecer a sus jugadores. Esto es muy importante en un deporte donde las dolencias pueden ser crónicas y donde existe una adicción a tratamientos de opioides y píldoras para controlar el dolor, bastante más perjudiciales a largo plazo.

Hacía unos tratamientos menos nocivos

La liga respondió a las propuestas de la Asociación de Jugadores de la NFL de forma positiva: están dispuestos a colaborar en la investigación sobre el uso potencial del cannabis para la rehabilitación médica. Son muchos los factores que han favorecido esta situación, entre ellos la actual crisis de opioides, que está alcanzando proporciones de epidemia en los Estados Unidos. Existe una fuerte adicción por las pastillas y píldoras de metadona, codeína, morfina…, muchas de ellas utilizadas en tratamientos de recuperación por los médicos de la NFL.

Son muchos los exjugadores que se han convertido en adictos a este tipo de narcóticos

Son muchos los exjugadores que se han convertido en adictos a este tipo de narcóticos e inyecciones antinflamatorias, puesto que durante años han sido suministrados de forma ilimitada en todos los campos. Hay quien cree que detrás de ello se encuentran distintos 'lobbies' de la industria farmacéutica y que por ello existen fuertes intereses espurios en contra de la despenalización del cannabis en el deporte.

Existen pruebas de que este tipo de tratamientos para jugadores ha aumentado el abuso de opioides. Un estudio de la Universidad de Washington reveló que un 71 % de los jugadores jubilados que habían hecho uso de estos medicamentos durante su carrera habían utilizado después, de forma esporádica y errónea, los opiáceos. Un 63 % dijo que había obtenido dichas píldoras fuera del circuito sanitario: a través de compañeros de equipo, del entrenador, de amigos o de internet.

Estos datos preocupan y han puesto en un brete a la liga de fútbol americano. Irónicamente, la NFL les está diciendo a los jugadores que no pueden usar drogas ilegales, pero a la vez hace la vista gorda ante sus entrenadores y los médicos deportivos que distribuyen analgésicos como caramelos. Obviamente, algo huele mal en la imagen que están ofreciendo.

Por eso buena parte del cuerpo médico está interesado en aprender sobre nuevos tratamientos que sean menos adictivos y nocivos para los jugadores. "La investigación sobre la marihuana y particularmente sobre los compuestos de los cannabinoides puede tener relación con el tratamiento del dolor agudo y crónico. Es un área de investigación de la que necesitamos mucha más información y que debe seguir desarrollándose", decía en una entrevista Allen Sills, jefe médico de la NFL.

Un paso importante para ganar el partido

Las investigaciones muestran que el cannabis puede reducir la gravedad de los daños cerebrales y supone una alternativa segura y no adictiva a los opiáceos para el control del dolor. También puede ayudar a reducir el abuso de alcohol y el comportamiento violento, dos consecuencias que suelen derivar de las sucesivas conmociones cerebrales que padecen los jugadores. Es por ello por lo que las cualidades neuroprotectoras, analgésicas y antinflamatorias del cannabis están hechas a la medida de un deporte en el que el impacto craneal y corporal son el pan nuestro de cada día. 

Es evidente que los jugadores necesitan de medicamentos y tratamientos para el dolor durante y después de su carrera. Algunos deportistas retirados como Jim Plunkett lo describen con tristeza: "Mi vida es una mierda, no es divertido estar con este cuerpo ahora mismo, me duele todo", explicaba a sus 69 años Plunkett. Otros jugadores jubilados han revelado que utilizaron durante toda su carrera marihuana medicinal, señalando que es mucho más habitual de lo que la gente piensa, que dentro del deporte se sabe y que muchas veces se ha preferido escurrir el bulto a abordar la cuestión.

De ahí que sea tan importante este paso de la NFL, que aunque debería haber tomado esta decisión tiempo atrás parece que finalmente se pone del lado de los jugadores y su salud. Y aunque la crisis de opioides haya sido una de las causas mayores para abrir esta investigación y con ella la puerta al uso del cannabis en el deporte, no podemos obviar que existe un fuerte movimiento social en Estados Unidos que está consiguiendo acabar con el estigma de la marihuana. Corren buenos tiempos para el cannabis en el país y solo queda seguir avanzando en la despenalización. Seguramente la resolución de la NFL no va a caer en saco roto para el resto de deportes y ligas del mundo.

23/02/2018

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