Historia de la marihuana capítulo 1: California y los primeros híbridos

  • La historia de los híbridos modernos está plagada de mitos, leyendas, medias verdades y sobre todo de personajes que parecen sacados de un guión de Hollywood.
  • Una vez más, la realidad supera la ficción y, si hoy en día encontramos en el mercado maravillas como la Original Amnesia, la Critical +, o la Cheese, es gracias a estos cultivadores apasionados que lo arriesgaron todo por amor a la planta.
  • A ella se dedicaron en cuerpo y alma, en un momento en que cultivar marihuana era poco menos que un pecado capital, razón más que suficiente para pasar una larga temporada, o incluso toda la vida, a la sombra.

Debido a este contexto de ilegalidad, resulta muy difícil saber a ciencia cierta cómo se desarrollaron los hechos exactamente, los datos de los que disponemos son algunos artículos que se escribieron en la época y los testimonios de miembros de la comunidad cannábica que estuvieron ahí. Debido al panorama de clandestinidad en el que fueron creados, sobre los orígenes de algunas variedades míticas se cuentan diferentes versiones.

En realidad los únicos que saben lo que realmente sucedió fueron aquellos que se atrevieron a comenzar esa ola revolucionaria que han sido los híbridos de marihuana. Personas que desafiaron el estatus legal y social establecido para llevar a cabo su sueño, un sueño que nació dentro de otro, en la California hippie de los 60, entre rock, LSD y amor libre.

El comienzo: la marihuana como símbolo de contracultura

Las drogas, en especial el LSD y la marihuana, estuvieron intrínsecamente ligadas al movimiento hippie, eran un pilar fundamental, una herramienta que los jóvenes utilizaron para alcanzar la espiritualidad y difundir su mensaje de amor y paz. La psicodelia se convirtió en su bandera, y el cannabis en una de sus sustancias predilectas. En un momento en que la marihuana era poco menos que el origen de todos los males en USA, liarse un porro era algo más que colocarse, era también una forma de rebelión contra el sistema.

A pesar de que en los años 60 el prohibicionismo se aplicaba con mano de hierro, el consumo de cannabis entre los jóvenes americanos se disparó. La hierba llegaba principalmente de México y más tarde de Colombia, con la llamada "bonanza marimbera", toneladas de cogollos entraban en los Estados Unidos a pesar de los esfuerzos de la DEA, y variedades Landrace como Punto Rojo o Santa Marta Gold, se hicieron muy populares. Por aquel entonces, de cogollos sinsemilla ni hablar, por ello algunos consumidores comenzaron a cultivar las semillas de marihuana de aquellas Sativas que llegaban de sus países vecinos, y que ofrecían un efecto creativo y vigoroso, perfecto para dar rienda suelta a la producción artística y disfrutar del mejor rock psicodélico.

California, cuna del movimiento, se convirtió también en el lugar elegido para cultivar cannabis, sobretodo en aquellas zonas donde el clima era más cálido y el verano se alargaba más. Algunos pioneros, se iniciaron así en el cultivo de cannabis y empezaron también a realizar cruces entre diferentes variedades con el objetivo de aunar las cualidades que más apreciaban. Nacen así los primeros híbridos de marihuana, de la mano de incipientes breeders que vieron las posibilidades infinitas de esta planta milenaria.

Sin embargo, los cultivadores californianos toparon un problema, por mucho que en los meses de verano brillara el sol en la Costa Oeste, aquellas Sativas acostumbradas al calor eterno de los climas tropicales tardaban demasiado en madurar, la mayoría no estaban listas hasta noviembre o diciembre, demasiado tarde para el clima californiano.

La Ruta Hippie y la llegada de las "Hash Plants"

Por suerte para estos cultivadores, algunos se propusieron prodigar el mensaje "flower power" más allá del continente americano. La llamada "Hippie Trail" o "Overland", se convirtió en una ruta de peregrinación que hippies llegados de diferentes partes del mundo emprendieron para llegar a "la tierra prometida", destinos que hoy en día siguen siendo un símbolo del movimiento: Nueva Delhi, Katmandú y por supuesto Goa, donde algunos se establecieron y hoy en día sus hijos y nietos aún pasan largas temporadas allí, en lo que fue la meca del trance.

La ruta comenzaba normalmente en las ciudades europeas más tolerantes de la época (Londres, Ámsterdam), hasta llegar a Estambul, la puerta de Oriente, y desde ahí su periplo continuaba pasando por Afganistán y Pakistán. Resultó que los que volvían de este y otros viajes, (surferos, traficantes como la llamada banda Brotherhood of Eternal Love), traían consigo semillas de variedades exóticas que habían recolectado de diferentes partes del mundo como la India, Nepal o Tailandia. Así fue como llegaron las variedades afganas y pakistanís, índicas de floración corta que cambiaron completamente las reglas del juego.

Los cultivadores californianos comprobaron con alegría que estas nuevas variedades podían cosecharse en octubre, el único inconveniente era el efecto sedante y narcótico propio de las índicas, tan alejado del efecto creativo y vigoroso que ellos buscaban. Entendieron, sin embargo, las posibilidades de estas nuevas razas y comenzaron a cruzarlas con las Sativas que ya conocían. Su objetivo era conseguir nuevas variedades con el periodo de maduración de las índicas pero el efecto vigoroso y creativo de las Sativa. Una auténtica revolución estaba a punto de empezar.

El nacimiento de la Skunk

Se dice que en 1969 un tal Jingles, de quien se desconoce la identidad, cruzó una Colombian Gold con un macho Afgano. De esa poderosa combinación nació uno de los primeros híbridos cannábicos de la historia, una genética que más tarde fue bautizada como "Skunk", por su penetrante e intenso aroma.

Como hemos comentado más arriba, es muy difícil averiguar lo que realmente sucedió, sobre la creación y la estabilización de la Skunk hay diferentes versiones, aunque la que ha cobrado más relevancia es que este trabajo fue obra de un colectivo llamado "Sacred Seeds".

Sacred Seeds estaba formado por un selecto grupo de cultivadores localizados en las colinas que rodean la bahía de San Francisco. Aunque más tarde fue ampliándose, se dice que el núcleo del colectivo estaba formado por seis cultivadores, entre ellos Sam The Skunkman, Mendocino Joe y Maple Leaf Wilson. El grupo tenía un objetivo muy claro, desarrollar y estabilizar la Skunk sin que esta perdiera su riqueza genética.

Con este fin los cultivadores de Sacred Seeds comenzaron a trabajar, iniciando un faraónico proceso de breeding que duraría años y que se tradujo en miles de semillas plantadas y decenas de selecciones.

Generación tras generación, los cultivadores de Sacred Seeds fueron perfeccionando y moldeando la genética, la hicieron más resistente a la botrytis, un hongo que afectaba especialmente a las índicas poco acostumbradas a climas húmedos, y cuyos cogollos prietos y estructura cerrada eran el nido perfecto para que este hongo proliferara.

Un híbrido histórico que supuso una revolución porque unía lo mejor de los dos mundos y sobretodo porque era estable. Su estatura controlada, su potencia, y el hecho de que madurara temprano fueron una combinación que se ganó el corazón de los cannabicultores. Una raza poderosa y muy estable que por ello ha sido utilizada para crear muchos de los híbridos que encontramos hoy en día en el mercado.

El panorama estaba cambiando, algo muy grande se estaba gestando y algunos podían olerlo. Fue por aquel entonces, concretamente en 1974, cuando nace la revista High Times, un magazine que se convirtió en la biblia de los growers. Hay que entender que hoy en día la industria cannábica está saturada de información, pero por aquel entonces, High Times fue para muchos como encontrar un oasis en medio del desierto.

Por su lado, Sam The Skunkman afirma que no hubo tal proyecto grupal detrás de la estabilización de la Skunk, y que todo el trabajo de crianza fue obra suya. Hay quién asegura que él en realidad es el hombre que se esconde tras el apodo de "Jingles" y le atribuyen también la creación de la Skunk.

Un híbrido histórico que supuso una revolución porque unía lo mejor de los dos mundos y sobretodo porque era estable

Sea como sea, está claro que Sam the Skunkman se ganó su apodo a pulso, y cuando en 1981 Sacred Seeds anunció por primera vez la venta de semillas de marihuana, se las quitaron de las manos. El catálogo se componía de 28 variedades ordenadas por fecha de maduración, entre las más buscadas estaban la Skunk#1 y Skunk#2, que maduraban en octubre.

Los Haze Brothers, Sativas a la vieja escuela

A pesar de que la llegada de las índicas supuso una revolución para muchos, hubo también quien se mantuvo fiel a sus adoradas Sativas de México y Colombia, cultivándolas en invernaderos y seleccionando aquellas que maduraban antes. Este fue el caso de los misteriosos Haze Brothers, dos hermanos conocidos como R.L y G que vivían en el pueblo de Corralitos, en Santa Cruz (California).

Entre 1970 y 1975 los Haze Brothers se dedicaron a cultivar legendarias Sativas de semillas importadas de Colombia, México, Tailandia y el Sur de India. Después hicieron una selección de aquellos ejemplares que presentaban las mejores características y empezaron a cruzar estas Sativas puras de gran calidad. De ahí nace Orginal Haze, una estirpe que ha sido el origen de razas legendarias como Super Silver Haze o Jack Herer

Original Haze, un híbrido 100% Sativa creado a partir del cruce entre una selección de las mejores hembras con diferentes machos importados: el primer año con híbridos colombianos/mexicanos, el segundo año con un macho del Sur de la India y el tercer año con una variedad Tailandesa.

Hay que puntualizar, que si bien los Haze Brothers eran excelentes cultivadores, no se dedicaron a hacer breeding propiamente dicho para crear un linaje consistente de Original Haze, esta tarea recayó sobre un amigo que además era vecino suyo, Sam The Skunkman, a quien dieron semillas e incluso permiso para utilizar el nombre de "Original Haze".

Por su lado, Sam The Skunkman hizo poco trabajo en este aspecto en California. Por aquellos años su labor con la Original Haze fue más de preservación de la genética que de breeding. Suponemos que tenía toda su energía puesta en la estabilización de la Skunk. Sin embargo, más tarde, ya en Holanda, sí volvería a retomar el legado de los Haze Brothers.

Desmantelamiento de Sacreed Seeds: de California a la vieja Europa

Si hubo un hecho que marcó un antes y un después en esta historia fue la redada a Sacred Seeds. Resulta curioso cuán imprevisible puede resultar el llamado "efecto mariposa", pues cuando la policía irrumpió en el almacén de Sacred Seeds, lo último que podrían imaginar es que estaban a punto de provocar una diáspora de híbridos cannábicos por todo el planeta.

La redada a Sacred Seeds en 1982 terminó con la detención de Sam The Skunkman y el cierre del almacén. Sin embargo, hacía tiempo que los miembros de esta organización se habían preparado para ello y gracias a sus abogados, Sam The Skunkman estaba libre a las pocas horas.

Cuenta la leyenda, que la policía no tuvo el detalle de incautarse del material en el mismo momento de la redada, sino que precintaron el lugar y dejaron dentro tanto el material eléctrico como las plantas y semillas. Así fue como Sam The Skunkman y sus colegas pudieron recuperar el fruto de tanto trabajo y salvarlo. La Skunk#1 entre otras genéticas, no se había perdido.

Sam fue juzgado y cumplió menos de un año de cárcel. Cuando salió, decidió marcharse a Holanda, llevándose consigo las semillas de aquellas variedades en las que había trabajado durante más de 10 años. Comienza así un periodo apasionante para el breeding cannábico y el desarrollo de las primeras grandes variedades híbridas, una etapa que tuvo lugar en los Países Bajos, al amparo de un marco legal permisivo y progresista. Pero eso os lo contaremos en el próximo capítulo de la gran historia de los híbridos de marihuana.

07/06/2018

Comentarios de nuestros lectores

1 comentario
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  1. 5 sobre 5
    Me encanta leer la historia, la epopeya, de aquellos que arriesgaron su vida para que ahora pueda disfrutar de estos excelentes híbridos en mi propia casa. Hay toda una subcultura underground que pone en cuestión los fundamentos mismos de este sistema mercantil y criminal, y en esa subcultura hay unos héroes que merecen ser recordados y que nos recuerdan su valor cuando los helicópteros sobrevuelan nuestras cabezas. Un saludo y a seguir escribiendo la historia de los perseguidos.

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