festin comida cannabis

Festín de gastronomía cannábica: la legalización abre el apetito a las gentes de Colorado

  • “Ya no me queda”, “ha volado de las estanterías”, “no doy abasto con tanto cliente”... Son algunos de los clamores que se escuchan ahora mismo en los dispensarios de Colorado, donde la marihuana es legal para uso recreativo desde el pasado 1 de enero. Como muchos presagiaban, una auténtica fiebre del oro se ha desatado alrededor del cannabis. Los 20 o 30 clientes que visitaban cada día un dispensario médico se han convertido en unos 1.500 compradores diarios a raíz de la legalización.
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En menos de dos semanas, más de 100.000 personas habían adquirido ya marihuana recreativa en Colorado, generando más de cinco millones en ingresos por ventas (un millón solo en el día de Año Nuevo), según estimaciones de la Asociación Nacional de la Industria del Cannabis. Así que muchas tiendas se han quedado sin existencias, han tenido que limitar la cantidad que suministran o incluso se han visto obligadas a echar provisionalmente el cierre ante tal avalancha de clientes.

Y eso no es todo. Algunos propietarios advierten de que la escasez se prolongará durante meses – incluso años - si las autoridades no conceden más licencias de inmediato y, por lo tanto, entran en escena otros actores. Contaban con una fuerte demanda inicial, pero no habían previsto que se mantuviera a ese nivel tras los primeros días, al disiparse el efecto de la novedad. Y es exactamente lo que ha sucedido.

La demanda también se ha disparado, incluso de forma más notoria, en el mercado de los productos comestibles. Los 'bollos de la risa' han pasado de ser un medicamento a ser una delicatessen, así que, en cuestión de semanas, miles de paladares coloradinos han saboreado por primera vez las mieles de la gastronomía cannábica. Y no veas si les ha gustado...

"Estanterías desoladas. Frascos vacíos. Solitarias bandejas de panadería. Tiendas antaño repletas de panes, mantequillas, crocantes de cacahuete, 'brownies', chocolates, 'cupcakes' y otras delicias de marihuana ahora están desiertas", relata un redactor de Modern Farmer. "Era el 2 de enero de 2014, un día después de la legalización de la marihuana recreativa en Colorado, y ya era imposible encontrar un solo alimento en mi ciudad natal de Summit County. Cuatro tiendas con licencia; cero comestibles".

Por su puesto, no estamos hablando de esos bizcochos caseros de maría que todos hemos probado alguna vez. Se trata de auténtica comida cannábica, perfeccionada durante los años de la marihuana terapéutica y que ahora está ahí, en las tiendas y los restaurantes, al alcance de cualquiera. Desde lo más básico hasta lo más elaborado, a la altura del paladar más exigente.

Camarero, ¡una de ganja!

Vamos a empezar con una buena cena, de las que llenan el buche y deleitan los sentidos. Hemos encargado la organización y el catering a Edible Events, uno de los negocios de moda, cuyo empeño es atinar con el festín perfecto para el fumador de cannabis. Investigación y experimentación son las claves de su éxito, que reside en encontrar los platos adecuados para acompañar – y potenciar - los efectos de la marihuana.

"Estamos derribando el mito de que los fumadores de maría son adolescentes marginados que solo pueden permitirse comer pizza y patatas fritas", asegura Abby Schissler, de Three Tomatoes Catering, a la revista Bon Appetit. "La gente está saliendo del armario y admitiendo que fuma. Muchos son clientes con alto poder adquisitivo y paladares exquisitos", afirma esta empresaria, que se ha asociado con Edible Events precisamente para complacer a ese tipo de consumidores.

Su oferta gastronómica no contiene cannabis, sino que lo complementa. Hablando en plata, lo ideal es degustarlos cuando estás fumado. Tú pones la hierba y ellos se encargan del resto, completando con un viandas, arte y música en directo una experiencia única e irrepetible.

¿Y de beber?

Un 'subidón' líquido, por favor. Como el que prometen las bebidas de DixieElixirs, que ofrece un catálogo de siete 'caldos' diferentes, todos de la mejor cosecha cannábica. Sus bebidas carbonatadas, con sabores como la vieja zarzaparrilla o el refrescante melocotón, contienen una dosis del elemento psicoactivo de la marihuana, el THC, que va desde los 40 miligramos – el equivalente a unas cuantas cervezas o un par de caladas a una pipa – hasta los 75 miligramos – una 'fumada' en toda regla de dos o tres horas.

La carta de postres, por favor

Y llegamos así hasta la cúspide del placer, el momento más esperado de toda la comida: el postre. Colorado se ha convertido en el paraíso de los 'fumetas' más golosos. De hecho, podría decirse que es la especialidad de la casa y que su mejor exponente es Cheeba Chews, la empresa dos veces ganadora de la Copa Cannábica, uno de los galardones más prestigiosos de todo el sector.

Su producto estrella son los chicles de marihuana, que, a pesar de la legalización, aún se anuncian en su web como un producto terapéutico "para aliviar el dolor". Y no es lo único que se ha mantenido intacto. Aunque ahora producen a un ritmo de 12.000 unidades semanales, el proceso sigue siendo completamente artesanal. Échale un ojo a este vídeo. Verás cómo resulta hipnotizante. 

La popular Cheeba Chews no es la única empresa que se dedica a esto de los dulces cannábicos. Hay otras como Twirling Hippy Confections, que cocina postres tradicionales como tartas, pasteles y bombones con la marihuana como ingrediente secreto.

Si pasas por Colorado y te encuentras con una de las 50 tiendas que venden sus productos, no dejes de probar la tarta de queso, con o sin maría. Al parecer es una auténtica delicia.

28/01/2014

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