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Cómo proteger tus plantas de marihuana de las inclemencias meteorológicas

  • Cultivar al aire libre no siempre es tarea fácil.
  • El viento, la lluvia o las heladas son algunos de los agentes atmosféricos que pueden presentarse de forma inesperada durante finales de primavera y arruinar cualquier cultivo de marihuana en exterior.
  • Hacerles frente conlleva una serie de técnicas y conocimientos que te permitirá conseguir tu cosecha con grandes probabilidades de éxito.
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La primavera es una época del año en la que el clima suele ser muy cambiante. Repentinas tormentas, largos periodos de sequías, ráfagas de caluroso viento o heladas nocturnas son solo algunos de los reveses meteorológicos que pueden echar a perder cualquier cultivo de marihuana durante esta temporada. Para evitarlas deberemos ser precavidos y tomar las medidas necesarias. Eso conlleva conocer una serie de técnicas para el cultivo de cannabis en exterior que deben planificarse con tiempo, con el fin de que las inclemencias no nos cojan por sorpresa.

Por eso, antes de plantar nuestra marihuana en exterior, lo más importante es conocer el clima de nuestra zona y elegir un buen lugar para ubicar el cultivo: ¿es un clima frío?, ¿es más bien cálido?, ¿cuál es el lugar más resguardado del viento?, ¿cuál es la previsión de temperatura nocturna? Responder a este tipo de preguntas nos permitirá saber de antemano cuáles son los problemas del terreno donde plantamos

Contra el viento

Si tu cultivo de marihuana se encuentra en una zona propensa al viento como áreas desprotegidas o lugares con fuertes corrientes de aire, deberás proteger cuanto antes tus plantas. Por dramático que parezca, unas horas con importantes rachas de viento pueden romper las ramas y las hojas de tu plantas de marihuana y sería muy complicada su curación.

Para mantenerlas a salvo, una de las técnicas más utilizadas por los cultivadores es atar las plantas a estacas o tutores clavados en el suelo. Incluso si la zona es muy ventosa puedes construir una valla con ayuda de cuerdas y palos para que las plantas cuenten con una mayor sujeción. También se recomienda plantar cerca de setos o arbustos que puedan minimizar el efecto del aire, o colocar paramentos cortavientos plásticos que frenen las corrientes. Incluso mover los tiestos de posición para que las plantas estén más protegidas cerca de las paredes. 

Otra recomendación es mantener las plantas a una altura mínima. Para ello será necesario podarlas. De esta forma, conseguiremos que no tengan una altura excesiva y también aumentaremos su producción entre un 10 % y un 20 % al propiciar su desarrollo en horizontal. Eso sí, deberás realizar la poda a partir de la segunda semana de la fase de crecimiento.

Desde ese momento y hasta la segunda semana de floración podrás utilizar diversas técnicas: desde recortar unos 10 centímetros de la parte superior del tallo hasta técnicas de doblado para que adquiera una mayor espesura. Lo único que debes tener en cuenta en estos casos es realizar podas controladas a lo largo de todo el cultivo y sin concentrarlas en pocos días, con el fin de que la planta pueda recuperarse entre cada recorte y no sufra demasiado estrés.

Por lo general, el estrés inhibe el crecimiento de la planta de marihuana. Entonces, lo que habíamos planteado como una solución al problema de los fuertes vientos acabará siendo contraproducente para nuestra plantación.

Contra las tormentas

Las tormentas también son una de las grandes amenazas que debe afrontar un cultivador de marihuana de exterior. Especialmente en primavera y en verano son procesos inesperados y, en ocasiones, se producen de manera brusca. Esto provoca que las ramas o las hojas de nuestras plantas de marihuana se vean afectadas, aunque el momento con más riesgo para que estas repentinas lluvias hagan acto de presencia es la floración.

En esta etapa las flores salen y, al cabo de las semanas, comenzarán a formar grandes cogollos. Una inesperada tormenta puede, además de romper las ramas por el peso del agua, acabar con ellos por los problemas que trae la humedad excesiva, algo difícil de solucionar sin cortar por lo sano.

Para evitarlo, lo más recomendable es cubrir las plantas con un toldo o un plástico cuando los grandes cambios de presión atmosférica de las previsiones meteorológicas indiquen probabilidades de fuertes tormentas. La elección de su material y su forma de construcción dependerán de si su instalación va a ser algo temporal o, por el contrario, acompañará al cultivo hasta el final.

En caso de que sea solo por un tiempo y con el fin de garantizar una buena ventilación y que la humedad no se apodere de tu cultivo, podrás utilizar cualquier plástico o toldo que tengas a mano y colocarlo a más de 30 centímetros de tus plantas. Ahora bien, si quieres que permanezca en el tiempo, deberás construir un invernadero

Si las plantas ya han estado expuestas al agua y están en macetas, es aconsejable separarlas un poco para que corra más el aire entre ellas y se sequen pronto. Este remedio, que también puedes utilizar contra las heladas nocturnas, evitará que aparezca el temido moho.

Contra las heladas nocturnas

Las heladas son otro fenómeno meteorológico muy perjudicial para la marihuana, sobre todo en climas continentales o de montaña. Las bajas temperaturas junto con la elevada humedad del ambiente provocan que los cultivos acaben afectados desde las raíces hasta las hojas. 

Para que esto no ocurra, lo ideal es cubrir nuestro cultivo durante las noches en las que se prevean heladas en la zona. Al igual que para protegerlo de las puntuales lluvias, podemos utilizar cualquier tipo de plástico que deberemos retirar por la mañana. Esto permitirá que el sol seque las plantas y equilibre la humedad que pudo darse en las horas nocturnas. 

Las humedades suelen traer plagas y hongos indeseados que hacen de la planta de marihuana su hogar. Es el caso del moho gris, también conocido como podredumbre gris, que provoca la enfermedad de botrytis con la cual la marihuana queda inservible. También algunos insectos buscan ambientes húmedos para instalarse, como es el caso de las larvas de la mosca negra, que se alimentan masticando los finos pelos radiculares de hojas, provocando así que la planta deje de asimilar los fertilizantes y pueda sufrir infecciones.

Contra la sequía

No solo el viento y el agua pueden hacer estragos en tu cultivo de marihuana. Los largos periodos de sequía, con ausencia total de lluvia, también ocasionan problemas. Aunque algunos cultivadores limitan el riego de las plantas cuando llega la época de la cosecha, hay que tener cuidado con esta práctica, porque podrían marchitarse y acabar por quemarse con la luz solar.

La principal solución durante estas épocas es regar tus plantas de forma manual y con abundante agua. Para ello deberás establecer unas horas de riego que coincidan con los momentos menos calurosos del día. Por ejemplo, temprano por la mañana o al atardecer, siempre y cuando el sol no incida directamente sobre las plantas, con el fin de aprovechar mejor el agua.

También puedes utilizar materiales como los polímeros y la paja para una mejor retención y asimilación del agua. Por ejemplo, al añadir polímeros al sustrato se mejorará la capacidad de retención en la tierra, mientras que si colocas pajas en la superficie limitarás la evaporación del líquido.

Además, también podrás usar nutrientes y suplementos contra el calor. Es el caso de las algas marinas, los suplementos de silicio o de desarrollo radicular. Estos aumentan la fortaleza de las hojas y actuarán como repelente de las bacterias que también aparecen en épocas especialmente calurosas.

También es recomendable hacer todo lo posible para proteger el sistema de raíces. Una opción es cultivar en macetas claras y cubrirlas con lona blanca para evitar la acumulación de calor. Otra opción es disponer el cultivo en un terreno sombreado. La floración no será tan abundante como si estuviera en contacto directo con el sol pero se reducirá el consumo de agua, que es el objetivo.

La semilla adecuada es clave

Otra de las recomendaciones principales para hacer frente a periodos de sequía es seleccionar las genéticas que se cultivarán en exterior y elegir aquellas que suelen crecer de forma autóctona en zonas más secas. Las semillas de marihuana para climas cálidos más apropiadas suelen ser las variedades de tipo Sativa, herederas de las plantas autóctonas de las zonas ecuatoriales y resistentes a temperaturas superiores a los 30 °C. Dentro de la gran variedad existente, las idóneas para este clima son la Santa Sativa u Original Amnesia de Dinafem.

Por el contrario, para los climas más fríos o húmedos, la semilla que seleccionemos debe tolerar el exceso de agua y la humedad. Las variedades Indicas son las que mejor se adaptan a estas condiciones, gracias a su corto ciclo de floración que permitira evitar un numero importante de problemas. Otras opciones son las híbridas de Indica y Sativa como Moby Dick, Blue Hash, White Siberian o la California Hash Plant, que son plantas consideradas todoterreno por su gran resistencia. En este post puedes saber cual es la variedad adecuada Dinafem según sea el clima de tu zona.

Aún así los expertos aseguran que el cambio climático está ayudando a que la marihuana sea más fuerte y pueda aguantar la escasez de recursos mejor que otras plantas. Aunque suele requerir grandes cantidades de agua para crecer fuerte, no necesita mucha para sobrevivir. Esta es una de las plantas que mejor se adapta a casi cualquier clima, lo que explica que se haya conservado desde hace millones de años.

Sin embargo, el clima y sus agentes atmosféricos extremos pueden hacer destrozos en nuestro cultivo de marihuana en exterior. Las claves para evitarlos son, además de elegir bien la ubicación del cultivo y la semilla adecuada, permanecer siempre atentos a la información metereológica y poner en marcha las técnicas necesarias ante de que llegue el mal tiempo.

13/07/2017

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