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Gastronomía Dinafem: pan artesanal con harina de marihuana

  • El pan ha sido un elemento primordial en la gastronomía desde hace décadas. A pesar de que hoy en día casi todas las dietas para adelgazar lo han convertido en el enemigo público número uno, lo cierto es que este alimento tiene un valor nutritivo muy recomendable: es una fuente de hidratos de carbono y aporta proteínas de origen vegetal, fibra y vitaminas B1, B2, B3 y B6. También es rico en minerales (fósforo, magnesio y potasio) y, a pesar de lo que mucha gente cree, apenas contiene grasa.
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La Organización Mundial de la Salud recomienda tomar 250 gramos de pan al día, sin embargo, el modelo de delgadez que se ha impuesto socialmente ha hecho que el consumo este alimento descienda en los últimos años por debajo de la cantidad recomendada.

Si lo que no te gusta es consumir pan industrial porque contiene menos nutrientes y más harinas refinadas, te proponemos rescatar una manera artesana y biológica para fabricar tu propio pan en casa. Además le añadiremos el toque de gracia con nuestro ingrediente especial: el cannabis. Recuerda que para evitar tener una mala experiencia, no debes exceder las cantidades de cannabis que te recomendamos. 

Ingredientes:

  • Harina de trigo (750 gramos)
  • Harina de soja tostada (125 gramos)
  • Harina de sarraceno (125 gramos)
  • Harina de centeno (125 gramos)
  • Harina de marihuana (4 gramos)
  • 3 vasos de agua
  • Sal (20 gramos)
  • Levadura fresca (40 gramos) 

 

Proceso para hacer la harina de marihuana:

Para elaborar tu "harina verde" elige tallas y hojas procedentes de la manicura y añade un par de gramos de cogollos. Es importante que toda esta materia vegetal esté bien seca en el momento que decidas elaborar la harina de la planta de marihuana. Tritura bien la mezcla con una picadora y trata de conseguir que el polvo quede lo más fino posible, una vez picado, pasa la materia resultante por un tamiz para eliminar cualquier resto leñoso.

Proceso para hacer el pan:

Puede que seas un amante de la cuestión panadera y tengas tu propia máquina o robot de amasar en casa, pero si no es así, no te preocupes, arremángate y hazlo con las manos (en pequeñas cantidades que puedas controlar), a la vieja usanza.

En un bol de tamaño grande, vierte el agua (templada o ligeramente calentita) y añade las harinas, mézclalo todo hasta conseguir una textura con cierta consistencia y amásala. Durante el proceso, añade la sal y la levadura, y continúa hasta que la masa no se te pegue a los dedos, si le falta consistencia puedes añadir un poco más de harina y si te queda muy dura, agregar un poco más de agua. Es importante que la levadura se conserve en la nevera hasta el momento de darle uso para no alterar su capacidad de fermentación.

Una vez tengas la masa lista, debes taparla con un trapo y dejarla en reposo durante quince minutos en un lugar cálido y aislado de corrientes de aire. Para saber si la masa está lista para hornear, transcurrido el cuarto de hora hunde un dedo en ella, si el hueco permanece, es señal de que ya está lista para el horno, de lo contrario, espera un poco más. Cuando ya tengas la masa a punto para ser horneada, puedes comenzar a trocearla según la cantidad y el tamaño de los panes que quieras hacer.

A la hora de darle forma al pan puedes hacer una media luna, colocar la parte plana sobre la bandeja del horno y hacerle dos cortes en cruz en la parte superior.

Precalienta el horno a 200 grados e introduce la masa. Hornéala por arriba y por abajo unos 30 minutos y…¡Volià! ¡Tu exquisito pan cannábico ya está listo!

07/07/2016

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