industria cannabis pais vasco

El auge de la industria cannábica en el País Vasco: “El sector del cannabis no es la panacea, tienes que hacer las cosas bien”

  • La última edición de la feria Expogrow, celebrada en Irún el pasado fin de semana, ha puesto de manifiesto una vez más la importancia del sector cannábico tanto en España como en el País Vasco.
  • El evento, que cumple un lustro de vida, ha congregado a unos 800 profesionales de una industria en crecimiento que cada vez suscita menos prejuicios.
  • Sin embargo, las empresas especializadas en este nicho siguen encontrando las mejores oportunidades en Estados Unidos, donde la regularización del consumo de cannabis ha permitido la liberalización del mercado.
  • Regina Martínez, de Dinafem, y los responsables de otras compañías cuya actividad gira en torno al mundo de la marihuana, explican las particularidades de un sector aún joven en España. Pero lleno de futuro.
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El pasado fin de semana, Irún acogió la última edición de Expogrow, una de las ferias cannábicas más destacadas de nuestro país y que acaba de cumplir un lustro de vida. El encuentro ha atraído a 800 profesionales y 180 expositores, congregados en un espacio de 5000 metros cuadrados ubicado en el recinto ferial FICOBA de la localidad guipuzcoana, muy cerca de la frontera con Francia.

Como en ediciones anteriores, sus responsables, en colaboración con la Fundación Renovatio, han acompañado la exposición con las conferencias del V Foro Social Internacional sobre Cannabis, donde se ha debatido sobre la normalización del uso de la planta en el mundo, de la mano de ponentes nacionales e internacionales. Todo un éxito de tres días de convocatoria que estuvieron repletos de conciertos, talleres, actividades, conferencias y exhibiciones.

Pero además, año tras año, la cita sirve como prueba de la creciente importancia de la industria del cannabis y sus derivados, no solo en España, sino también en la región en la que se celebra, el País Vasco. Al margen de los prejuicios sociales, las empresas de este sector profesional en desarrollo cumplen con los mismos requisitos y persiguen los mismos objetivos económicos que las compañías dedicadas a otra actividad, como bien explican algunos de sus responsables.

"Llevamos una década trabajando y funcionamos día a día como cualquier otra empresa", describe Regina Martínez, miembro del equipo del banco de semillas Dinafem, que no podía faltar al evento al celebrarse muy cerca de sus headquarters donostiarras. Dinafem vende sus semillas tanto a mayoristas como a particulares y, como es habitual, "tenemos entre nuestros trabajadores a gente de todo tipo, desde personas que han estado toda la vida vinculadas al mundo cannábico a otras, como yo misma, que hemos llegado de otros ámbitos", detalla Martínez.

Oportunidades fuera de España

La industria ha crecido durante los últimos años. En el caso de Dinafem, esta expansión ha tenido lugar también fuera de nuestras fronteras. "Con el paso de los años vamos incrementando el porcentaje de venta internacional", indica Martínez. La situación, prosigue, ha servido a la empresa para capear las condiciones económicas adversas que han perjudicado gravemente a otros mercados. "No me atrevo a decir si el resto de compañías del sector han tenido la misma suerte de no haber notado el brutal impacto de la crisis", admite Martínez.

Los principales clientes de Advanced Nutrients, una de esas otras empresas punteras en el mercado, también se encuentran fuera de España. Concretamente en Estados Unidos, según explica Juanjo Hernández, uno de los responsables de esta sociedad vasca dedicada a la venta de abonos y fertilizantes. "En España es verdad que las ventas no han descendido, como ha pasado en otros sectores, pero tampoco han estado por encima de lo normal", señala Hernández.

El incremento de la demanda estadounidense se debe en parte a la cada vez más extendida legalización del uso del cannabis, tanto con fines lúdicos como medicinales, en muchas regiones del país. Una situación que "ha permitido que el mercado pueda crecer allí como en cualquier otro sector", dice Hernández. Las últimas predicciones de los expertos revelan que la venta legal de cannabis recreativo y terapéutico moverá allí este año entre 3500 y 4300 millones de dólares (unos 3130 y 3850 millones de euros). Al otro lado del charco, Advanced Nutrientes es la compañía "número uno en fertilizantes dedicados exclusivamente al cultivo de cannabis", una posición desde la que pueden investigar, crecer y "ofrecer el mejor producto posible".

Esta empresa distribuye sus productos directamente a las tiendas especializadas en productos cannábicos. "Únicamente se lo vendemos a ellos, no utilizamos distribuidoras, no vendemos a particulares ni cultivadores", aclara Hernández. Aunque admite que aprovechan un nicho poco explotado en el que es posible obtener beneficios, el responsable de Advanced Nutrientes asegura que el sector "no es la panacea" en cuanto a rendimiento económico.

Para Regina Martínez, la única manera de llegar lejos es "hacer las cosas bien". Desde Dinafem aseguran que existe un desnivel en el tipo de competidores presentes en el mercado: mientras que algunas empresas llevan tiempo desarrollando su actividad de manera profesional, "hay gente que todavía está en una fase previa", porque se trata de un sector joven. De esta manera, quienes funcionan adecuadamente "todavía tienen mucho nicho", prosigue. 

Sin embargo, pese a que las reglas del mercado son las mismas que en cualquier otro sector, se trata de un producto con unas particularidades que no pueden ignorarse. "Obviamente hablamos de una sustancia que en formato de semilla, lo que nosotros vendemos, es legal", explica Martínez. Pero una vez germina la simiente ("ni siquiera hace falta que se convierta en hierba"), la actividad entra "en un mundo alegal, como mínimo". Por esta razón, en Dinafem "procuramos tener clarísimo dónde está la línea y no pisarla nunca" pese a no haber tenido nunca problemas con la Justicia. En la empresa, "siempre hemos tenido muy claro que no podíamos jugárnosla, que teníamos que ser serios, cumplir siempre con la legalidad vigente y no pisar nunca la línea roja", asegura.

Un sector cada vez más profesionalizado

Ha costado tiempo y esfuerzo que todos los que se dedican a esta industria en auge sean reconocidos como verdaderos profesionales, pese a ser "un sector que mueve mucho dinero y crea un montón de puestos de trabajo", como indica por su parte Chema Martínez, director general de la distribuidora internacional de cannabis Planta Sur, una compañía que emplea actualmente a 65 personas. Y, como cualquier otro sector, se ha ido especializando con el tiempo: mientras que hace unos cinco o seis años, cuando la competencia era aún débil, rentabilizar una tienda de productos cannábicos no requería condiciones demasiado especiales, "a día de hoy poner un establecimiento sin tener los conocimientos adecuados aboca el negocio al fracaso", afirma Martínez.

Los locales de este tipo tienen una licencia similar a la de un herbolario, con unas condiciones totalmente legales. No obstante, continúa reinando la inestabilidad. "Ahí radica el problema que tiene en general esta industria, que no está regulada", lamentan desde Dinafem. Por eso tienen que acogerse a las normas de otros sectores. Una cuestión que crea un clima de inseguridad que afecta a "mucha gente que trabaja en el sector, como los clubes cannábicos", advierte. Asimismo, para cuando el mercado se liberalice, desde Advance Nutrients adelantan que "no solo las empresas obtendrán ingresos, sino que el propio Estado podría obtener grandes beneficios por los impuestos, como en Estados Unidos".

La industria de la marihuana contribuye a la economía del país norteamericano tanto con los beneficios de las empresas, como con los derechos de licencia, los impuestos al turismo de la marihuana, el coste de los trabajadores, la creación de empleo y el impacto de los bienes raíces en una comunidad. Se estima que actualmente entre 100.000 y 150.000 personas trabajan en la industria cannábica del territorio, una cifra cercana a la de bibliotecarios o desarrolladores web.

Pese a que en España el mercado no goza de la misma libertad que al otro lado del Atlántico, Dinafem no recibe críticas ni presiones de ningún colectivo social o profesional, sino más bien lo contrario: "Existen algunas partes del sector sanitario que están muy interesadas en ver cómo el cannabis puede ayudar a combatir enfermedades y dolencias". Así, aunque todavía le queda un largo camino por recorrer, la industria del cannabis en el País Vasco avanza a buen ritmo. Sin embargo, solo unas condiciones legales adaptadas a las particulares del sector permitirían el desarrollo pleno de las empresas y, por tanto, su contribución a la economía de todo el Estado

26/09/2016

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