El héroe de la marihuana medicinal en Australia: un doctor que ha sido arrestado varias veces e investiga escondido en un armario

Durante más de una década, el doctor Andrew Katelaris ha trabajado desde Australia en un improvisado laboratorio oculto en el interior de su armario. El secreto que se esconde en él es muy apreciado por los enfermos que necesitan alternativas con las que seguir viviendo y, también, muy perseguido en el país.

El médico lleva años produciendo aceite terapéutico para sus pacientes, creado a partir de cannabis, e intentando mantenerse lejos de los ojos de las autoridades. Aun así, ha sido detenido en montones de ocasiones y considera extraño que, en pleno siglo XXI, sea necesario "ocultar la producción de medicamentos para salvar vidas". A pesar de que sabe que puede volver a tener problemas con las autoridades, ha continuado investigando sobre el uso médico de la marihuana y creando soluciones para aliviar ciertos síntomas, especialmente los provocados por la epilepsia infantil.

El médico, protagonista del documental 'The pot doctor', asegura que el riesgo vale la pena cuando se trata de ayudar a un niño y no está de acuerdo con aceptar que, si algo ayuda a las personas, no pueda utilizarse. Además, se opone a aquellas personas que piensan que está sacrificando su carrera por algo que no ha sido aceptado legalmente. "No estoy sacrificando mi carrera, esta es mi carrera", les responde Katelaris.

Por suerte para los pacientes australianos, hace un mes un comité del Senado aprobó por unanimidad un proyecto de ley para regular el cannabis medicinal. Sus partidarios consideran que es un paso importante para la regulación real. Una medida que aliviaría especialmente a las familias de los niños australianos que necesitan marihuana para superar sus patologías.

Sin embargo es necesario algo de tiempo para que la legalización ocurra. Además, algunos profesionales médicos del país aún no confían del todo en la planta, por lo que necesitarán tiempo para ver con sus propios ojos los beneficios que reporta al enfermo. Sea como sea, el trabajo de Katelaris continuará. El doctor asegura que está dispuesto a ir a juicio para acabar con la prohibición.