El cannabis como cultivo de cobertura para mejorar la producción y calidad del vino

Cuando pensamos en paisajes mediterráneos, probablemente lo primero que nos viene a la cabeza sean viñedos y olivares. En esta imagen mental, sin siquiera darnos cuenta, vemos estos campos completamente labrados, con sus suelos libres de cualquier vegetación adventicia o plantas que crecen de forma espontánea. Ciertamente, así ha sido el aspecto de los cultivos durante siglos, con los productores tratando de reducir al mínimo la competencia de las malas hierbas.

Sin embargo, esto está evolucionando poco a poco debido a un cambio en la visión agroecológica de los productores, junto con una migración parcial de los viñedos hacia lugares más fértiles y regables, lo que está convirtiendo los cultivos de cobertura en una opción cada vez más popular para la gestión del suelo.

Y parece que plantar cáñamo como cultivo de cobertura en viñedos podría ser muy beneficioso, según un estudio de 3 años realizado por investigadores de Nueva Zelanda. Para regiones de EE.UU (como California) o países mediterráneos como Francia, España o Italia, que tienen mercados de vino y cáñamo en auge, estos hallazgos podrían resultar muy útiles para el futuro de ambas industrias.

Evaluación del impacto del cáñamo en los viñedos

El cultivo del estudio, unos viñedos de Marlborough Sauvignon Blanc, estaba ubicado en la Isla Sur de Nueva Zelanda; y el cáñamo se estableció en el suelo sin nutrición ni riego suplementarios, incluso durante un período de sequía. El objetivo principal era evaluar un cultivo de cobertura del que potencialmente se pudiera obtener un segundo ingreso sin perjudicar a las vides; pero los resultados han sido del todo sorprendentes, sobre todo por los grandes beneficios obtenidos para el viñedo y el medio ambiente.

Para medir el impacto del uso del cannabis como cultivo de cobertura asociado a la producción de vino, los investigadores plantaron en las hileras centrales del viñedo semillas de cáñamo industrial de la variedad Kompolti. Esta variedad es originaria de Hungría y conocida por su adaptabilidad y robustez, especialmente en climas continentales y mediterráneos, por lo que ha ganado mucha popularidad debido a su excelente rendimiento y calidad. Originalmente, Kompolti se cultivaba para la producción de fibra y semillas, pero en años recientes se ha orientado más hacia la producción de biomasa y flores ricas en CBD, ya que tiene alto contenido de cannabidiol (entre 2% y 3%) y un nivel muy bajo de THC (menos del 0,2%).

Las plantas de cáñamo del estudio exhibieron una adaptabilidad excepcional y prosperaron sin riego adicional. Sorprendentemente, en lugar de afectar negativamente a la producción de vino, su presencia mejoró la calidad en comparación con las uvas sin cultivos intercalados de cáñamo.

Los investigadores observaron que las plantas de cáñamo desarrollaron sistemas de raíces robustos que se extendían al menos 30 cm de profundidad y mostraban la capacidad de prosperar dentro de las huellas compactadas de las ruedas del tractor en las hileras. Este sistema radicular mitigó eficazmente la compactación resultante de las operaciones de mantenimiento del viñedo.

Además, durante la cosecha de 2019, las muestras de zumo y mosto del área plantada con cáñamo demostraron una mayor diversidad de varias especies de levaduras que el grupo de control, lo que facilitó un proceso de fermentación saludable y sin inocular. La calidad del vino de las uvas cultivadas junto con el cáñamo superó a la del grupo de control, produciendo un vino perceptiblemente mejor.

¿Un punto de inflexión en la evolución de la industria del vino?

Los investigadores destacaron el potencial del cáñamo para proporcionar ventajas adicionales a la tierra y al vino, y describieron este descubrimiento como "verdaderamente emocionante". Explicaron, además, que las variaciones en las poblaciones de levaduras nativas introducidas por la presencia de un cultivo de cobertura de cáñamo han despertado un interés considerable, porque si el cáñamo mejora la calidad del vino, es una vía intrigante para futuras investigaciones.

A pesar del tamaño considerable de algunas plantas de cáñamo, los investigadores expresaron su sorpresa por la falta de competencia entre el cáñamo y la vid. Aunque el estudio no investigó específicamente este aspecto, en el estudio se señalan los beneficios potenciales de integrar el cáñamo con otros cultivos de cobertura, como el trébol para obtener nitrógeno y el trigo sarraceno para atraer insectos beneficiosos en los viñedos.

Las plantas de cáñamo que se establecieron con éxito florecieron incluso durante una temporada excepcionalmente árida y no requirieron riego adicional, a diferencia de los cultivos de cobertura con raíces menos profundas. Este atributo único permite que el cáñamo persista y capture carbono cuando otros cultivos de cobertura normalmente disminuyen.

Además, la presencia de cáñamo no tuvo efectos adversos discernibles sobre el crecimiento de la vid, los niveles de nutrientes, las relaciones hídricas, el desarrollo del fruto, la calidad o la productividad de la vid. Los suelos dentro del área cubierta de cáñamo exhibieron niveles más altos de materia orgánica y carbono total, lo que es un buen augurio para la salud y fertilidad del suelo a largo plazo. En particular, estas diferencias fueron más pronunciadas a profundidades de 40 a 80 cm, lo que indica que el cáñamo facilita una absorción de carbono más profundo dentro del perfil del suelo, en comparación con otros cultivos o vegetación de cobertura.

Beneficios para el viñedo, para el cultivador y para el medio ambiente

Según los investigadores, este enfoque innovador de plantar cáñamo junto a las vides puede producir uvas superiores con menores costes de recursos, con sus beneficios de absorción de carbono, ahorro de agua y la ventaja adicional de aliviar la compactación del suelo provocado por las huellas de los tractores, un tema de gran preocupación en los suelos de los viñedos. Y también promover ecosistemas amigables con las abejas, algo que es muy importante.

Hace años, se creía que las abejas no se sentían atraídas por el cannabis debido a la falta de flores de colores brillantes y néctar para recolectar. Pero investigaciones recientes, realizadas tanto por la Universidad de Cornell como por la Universidad de Colorado, muestra que las abejas en realidad se sienten atraídas específicamente por las plantas de cannabis masculinas, gracias a su gran producción de polen. De hecho, los estudios encontraron que cuanto mayor sea la altura de las plantas, mayor es la proporción de visitas que reciben de ellas. El cáñamo industrial, que crece alto, podría ser muy beneficioso para una población de abejas en apuros, ya que su temporada de floración tardía lo convierten en una fuente de alimento ideal en áreas donde otras fuentes de alimento son escasas.

La discusión del estudio sugiere que debido al prometedor potencial del cáñamo como cultivo de cobertura, particularmente en términos de mejora del suelo, posible mejora de la calidad del vino y la perspectiva de generar ingresos adicionales de la propiedad (por ejemplo, con la producción de CBD), se anticipa que un creciente número de productores de uva explorarán la integración del cáñamo, ya sea como cultivo asociado o como parte de una mezcla de cultivos de cobertura más diversificada. Además, estos interesantes hallazgos abren la puerta a más investigaciones y experimentaciones, ofreciendo perspectivas emocionantes para el futuro de la gestión de los viñedos y la mejora de la calidad del vino en general.