El amanecer del cannabis recreacional en Alemania y el horizonte medicinal en España

La legalización del cannabis recreacional en Alemania: un cambio que hace historia

El pasado 23 de febrero, el Parlamento alemán aprobó la ley que permite el uso recreacional del cannabis en el país. Un nuevo marco legal que supone un escenario innovador para la conservadora Europa, donde el modelo imperante únicamente permite el uso medicinal.

Con este paso adelante, Alemania se une a una larga lista de Estados y países que ya han legalizado el cannabis por completo con distintos sistemas.

Una ley progresista enfocada a mejorar la salud pública

Después de una dilatada espera tras la presentación del proyecto de ley en 2023, todo apunta a que Alemania dará el pistoletazo de salida el próximo 1 de abril de este año. Una nueva ley que muchos consideran un hito en la política sobre drogas, enfocada a promover un cambio en la opinión pública hacia una visión más abierta y tolerante sobre el uso del cannabis.

El nuevo modelo legal para el uso recreacional del cannabis permite a los ciudadanos mayores de 18 años poseer hasta 50 gramos para uso personal (25 gramos si se encuentran en la vía pública).

Además, el autocultivo de hasta tres plantas para uso personal será legal, una medida que reconoce el derecho del usuario a producir su propio cannabis sin depender de terceros. En cuanto a la distribución del cannabis, esta se realizará a través de un sistema de clubes para facilitar el acceso regulado y seguro, reduciendo así los riesgos asociados al mercado ilícito.

Dichos clubes operarán bajo las regulaciones establecidas en el plan del Gobierno, destinadas a proporcionar un espacio en el que prime la transparencia y la educación sobre los riesgos asociados al consumo de cannabis.

 

¿Qué restricciones contempla el nuevo marco legal del cannabis recreativo en Alemania?

La implementación de la nueva ley irá acompañada de medidas para la prevención del abuso del cannabis. Para ello, el Ministro de Salud Karl Lauterbach ha anunciado que los clubes tendrán una restricción de un máximo de 500 miembros, entre los que se repartirán las flores de cannabis de los cultivos para este fin.

La actividad de dichos clubes no será comercial y no estará permitido consumir cannabis en ellos. En lo que respecta a las restricciones para los consumidores, será necesario ser mayor de edad para acceder al cannabis recreacional y no se podrá consumir cerca de colegios o en zonas peatonales después de las siete de la tarde.

Con esta normativa, Lauterbach deja claro que el objetivo de la nueva ley es erradicar el mercado negro y la criminalidad asociada, así como reducir los riesgos para la salud, en especial para los más jóvenes.

¿Alemania creará escuela?

Después de esta noticia, dos preguntas flotan en el aire: ¿Será capaz el Gobierno alemán de implementar este modelo correctamente? ¿Seguirán su estela el resto de países de Europa?

No es un secreto que Alemania marca el camino en la política respecto al cannabis, ya que, después de legalizar el cannabis medicinal en 2017, otros países con leyes fuertemente prohibicionistas, como Italia o Francia, siguieron su estela.

Sin embargo, el éxito de este modelo residirá en la capacidad del Gobierno para implementar estas medidas, para que realmente se establezca un sistema transparente y justo. Por otro lado, Alemania ha optado por un marco legal que reconoce los derechos de los cultivadores a producir su propio cannabis para el autoconsumo.

Una medida con la que no todos los Estados (tanto de Europa como fuera de ella), parecen estar de acuerdo. La pregunta del millón es si sus vecinos europeos adoptarán esta política, o bien elegirán el modelo de producción a través de licencias corporativas que prohíbe el autocultivo.

En España aún está por florecer un sistema legal para el cannabis con fines medicinales

Mientras en los últimos años se han producido cambios significativos en los marcos legales de varios países y Estados del mundo, España todavía enfrenta un tortuoso camino hacia la legalización del cannabis medicinal.

Sin embargo, la regularización en el país parece ser una realidad más cercana que nunca, gracias a un proceso legal que se inició en 2022, cuando una subcomisión presentó la propuesta para la nueva ley del cannabis para uso medicinal.

Después de una larga espera, en enero de 2024 se dio un primer paso en esta dirección cuando la Ministra de Sanidad española, Mónica García, declaró su intención de legalizar el cannabis medicinal para finales de este año.

Una noticia que supone un brote de esperanza para los pacientes y organizaciones activistas, que llevan décadas luchando por el derecho al acceso a tratamientos cannábicos de forma segura.

Además, la frustración de los pacientes ha crecido notablemente en los últimos años, ya que han enfrentado la paradoja de un exponencial crecimiento de la producción lícita española de cannabis (destinada a otros países donde sí es legal), mientras ellos no tienen acceso dentro del país.

Y es que el incremento de licencias para la producción en España en los últimos años ha hecho que el país se sitúe como el séptimo mayor productor a nivel global.

¿Cómo será la nueva ley del cannabis medicinal en España?

La hoja de ruta para la legalización se hará a partir del borrador presentado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), y también se tendrán en cuenta las conclusiones del informe presentado por la subcomisión en 2022.

Los detalles de este nuevo modelo todavía están por definir. Sin embargo, parece ser que el nuevo marco legal únicamente contempla el acceso a través de farmacias hospitalarias con receta médica.

Dichos tratamientos estarían enfocados a tratar condiciones específicas que incluirían el tratamiento del dolor crónico, el alivio de los efectos secundarios de la quimioterapia y enfermedades como la epilepsia o la esclerosis múltiple.

Sin duda, estamos ante un cambio de paradigma global en el que la investigación científica está tomando relevancia. En base a ello, se están adaptando las políticas respecto al cannabis con el objetivo de buscar un equilibrio entre los potenciales beneficios terapéuticos y la reducción de riesgos. El objetivo en común parece ser el enfoque en la salud pública y la seguridad; por ello, después de que la llamada "guerra contra las drogas" haya fracasado, se deberá medir la repercusión en este aspecto de estas nuevas leyes más progresistas.