comenzando cultivar cannabis

Comenzando a cultivar: todo lo que necesitas saber para triunfar en tu primera plantación indoor

  • Si estás pensando en plantar marihuana indoor por primera vez, antes de emprender la tarea debes tomar una serie de decisiones que te llevarán a decantarte por un tipo de cultivo u otro.
  • Lo primero de todo es elegir el tipo de sustrato a utilizar, si añadir o no abono o bien optar por un compuesto de sales minerales que imita la textura del suelo, alternativa que te evitará muchos problemas al comenzar.
  • Te guiamos para que puedas escoger las mejores opciones, como el tipo de riego, la iluminación y el alimento que darás a tus plantas, para que crezcan de una manera rápida y sencilla.
comenzando cultivar cannabis

Plantar cannabis puede ser igual de sencillo que cultivar otro tipo de plantas. Al igual que en el resto de cultivos, lo ideal es seguir una pauta y unas rutinas sencillas para que las matas crezcan de manera óptima, aunque estén dentro de casa.

Uno de los métodos más sencillos y seguros es el que se basa en la solución de minerales en lugar de utilizar tierra y abonos agrícolas. En la naturaleza, hay plantas que crecen naturalmente en superficies sin tierra y, aunque estemos entre cuatro paredes, es sencillo imitar el proceso. En el mercado podemos encontrar productos fáciles de usar: hay turba y bases de musgo esfagnáceo creadas específicamente para los jardines de interior. Las plantas se adaptan a estas sustancias artificiales como si fuera a un suelo real.

Cultivar marihuana a partir de tierra y abonos conlleva ciertos riesgos que se pueden evitar con estas soluciones minerales. La tierra de jardín tiende a ser pesada y se puede empezar a compactar después de varios riegos; esta presión es dañina para las raíces tiernas. Además, dependiendo de su origen, puede traer esporas, bacterias o semillas de malas hierbas. En cambio, la mayoría de las mezclas sin suelo provienen de la comprensión y el tratamiento de plantas ya muertas. Su principal ventaja es su suavidad con las raíces, que a veces se pueden dañar por recibir exceso de nutrientes. La mezcla imita la textura del suelo y suele venir con ingredientes que favorecen la retención de la humedad del aire.

También se pueden comprar soluciones de sustratos con pequeñas cantidades de nutrientes básicos para ayudar a las plantas jóvenes a crecer. Estas incluyen detalles como virutas de madera o vermiculita, un mineral que tiene propiedades absorbentes. En general, este tipo de mezclas proporcionan un sustrato muy apropiado para minimizar los errores que comenten los cultivadores principiantes y son perfectas para pequeñas plantaciones indoor.

¿Qué sistema de riego elijo?

En el cultivo con base de sustrato de soluciones minerales, se puede regar a mano o bien instalar un sistema de regadío. Si el jardín es pequeño, lo más sencillo es elegir la opción manual. Como no son espacios muy grandes, merece la pena dedicar un poco de tiempo a esta tarea y aprovechar para conocer cómo están evolucionando las matas. En este proceso podemos descubrir cambios importantes que pueden indicar, por ejemplo, que hay una deficiencia de minerales o problemas de plagas.

 

Si el espacio para cultivar es muy estrecho y dificulta el movimiento, un sistema automático y programable es la solución. El más sencillo es aquel en el que los tubos se colocan por encima de las macetas para regar cada una de las plantas. El agua se obtiene en un depósito cercano al jardín o en la propia habitación; y el tubo distribuye el líquido de forma uniforme a cada recipiente. Es muy sencillo de utilizar y fácil de conectar a sistemas de goteo o de aspersión. El riego por aspersión tiene la ventaja de distribuir el agua de manera uniforme y tiene menos posibilidades de formar charcos, mientras que en el goteo la tasa de absorción es inferior.

Una pregunta común es con cuánta frecuencia hay que regar. Lo que tienden a hacer la mayoría de cultivadores es marcar un periodo de tres días. En el primer día, añaden al agua una solución de nutrientes y riegan durante unos pocos minutos. En el segundo, vacían el depósito para meter agua fresca y destilada, es decir, sin impurezas. En el último, no se tiene que hacer nada y se da un descanso a las plantas. Con este sistema de rotación, se asegura que las raíces absorban correctamente los nutrientes y que no se formen charcos. Aunque la frecuencia final dependerá de las condiciones particulares de luz y humedad de cada cultivo.

¿Cuánto fertilizante utilizo?

La cantidad de nutrientes que demos a las plantas es muy importante. Tanto la carencia como la sobreabundancia de alimentación pueden dañar a las raíces y afectar al crecimiento de la planta, que en los casos más graves puede llegar a morir. Hay cambios visuales que nos indican un problema al que debemos prestar atención. En caso de falta de alimento, las hojas se pueden volver más duras y cambiar su coloración, mientras que la planta por completo puede experimentar deformidades físicas o hasta marchitarse.

Cuando hay un exceso de fertilización, los primeros síntomas resultan engañosos, porque parece que la mata está desnutrida. Esto sucede porque las sales se acumulan e impiden que las raíces absorban correctamente los nutrientes, lo que provoca que no se distribuyan al resto de la planta. Sin embargo, aportar más fertilizante solo empeoraría la situación.

Es frecuente pecar de sobrealimentar a la planta, cuando luego es más difícil solucionar un problema de exceso de fertilización que de escasez: este último solo requiere incrementar la dosis de nutrientes, mientras que para volver a equilibrar el nivel de minerales y componentes puede ser necesario un lavado de raíces. Por eso, muchos cultivadores optan por un concepto más minimalista de la alimentación. Si eres un principiante, esta forma de cultivar es la más adecuada. Aún así, siempre hay que intentar conseguir un delicado equilibrio entre demasiado y demasiado poco.

¿Qué lámparas debo usar?

Una vez que ya hemos decidido cómo vamos a alimentar y regar nuestras plantas de marihuana, queda elegir qué iluminación queremos instalar. Actualmente, hay muchísimas opciones, algunas de ellas muy caras. Sin embargo, con un presupuesto modesto se puede conseguir un resultado suficientemente bueno y que no dé muchos quebraderos de cabeza.

 

La mejor opción es comprar lámparas HID (descarga de alta intensidad, en español). Entre los diferentes tipos que hay, se recomienda la MH, de haluro metálico, que se utiliza durante el crecimiento, y la HPS, de alta presión de sodio, normalmente empleada durante la fase de floración. Si pretendes empezar por poquitas plantas, lo mejor es invertir en lámparas HPS, que emiten grandes cantidades de ondas de luz rojas y naranjas que aportan más energía a los vegetales para hacer la fotosíntesis. Otra opción es comprar los dos tipos y cambiar las bombillas según la fase de cultivo.

Por otro lado, las lámparas fluorescentes son baratas e irradian un espectro de luz adecuado para el cultivo. Se suelen emplear para plantas jóvenes o para aquellas matas en descanso.

En armarios pequeños, las plantas de marihuana necesitarán una bombilla que tenga entre 125 y 250 vatios. Esta energía es suficiente para mantener el calor y que la factura de la luz no se dispare. Cuando el espacio es más grande, como una pequeña habitación, las bombillas deberán tener de 400 a 600 vatios. Los 1000 vatios se reservan para producciones comerciales, puesto que consumen mucha energía.

También, desde que llegaron al mundo del cannabis, las luces LED se han convertido en una opción muy rentable, eficiente y precisa de obtener grandes cosechas en interior con menor coste, una tecnología que destaca con luz propia en un mercado lleno de propuestas. Gracias a ellas, los cultivadores de marihuana tienen la oportunidad de ahorrar dinero, agua y energía, además de ser respetuosos con el medioambiente, todo ello sin tener que renunciar a cultivos de gran calidad.

Con estos cuatro aspectos claros (sustrato, nutrientes, regadío e iluminación) ya puedes comenzar a cultivar marihuana en el interior de tu casa. Lo mejor es tomarse el proceso con calma y tener paciencia: aunque el cultivo no es complicado, las plantas requieren cierta atención si queremos que crezcan fuertes y que los cogollos tengan un buen sabor y olor.

16/09/2016

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