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Una ciudad prohíbe el olor a marihuana

  • El Gobierno municipal de Pendleton, en Oregón, ha prohibido que el olor de la marihuana se propague de una vivienda a otra con multas de hasta 500 dólares, añadiendo esta medida a su ordenanza contra los ladridos de los perros o la música alta. Un vecino ha respondido irónicamente pidiendo la prohibición de otro molesto olor: el de los pedos.
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Tras Colorado y Washington, Oregón ya ha legalizado la marihuana, aunque la regulación del cultivo y consumo de cannabis en este estado de Estados Unidos no entrará en vigor hasta el próximo 1 de julio. Si bien muchos ciudadanos han apoyado el proyecto, nunca llueve a gusto de todos y en Pendleton, una ciudad de más de 17.000 habitantes, han surgido algunas voces críticas.

El Gobierno municipal dice que el olor de la marihuana es muy "poderoso" y una "molestia" si se propaga de una vivienda a otra. No es la primera vez que la localidad se preocupa por este tipo de supuestas molestias a los vecinos: ya tienen una ordenanza municipal que regula la música alta o los ladridos de los perros. Esa misma regulará ahora que el olor del cannabis no pueda propagarse de una vivienda o propiedad a otra. De lo contrario, los vecinos podrán ser multados hasta con hasta 500 dólares (443 euros).

El Ayuntamiento ha tomado esta medida después de que un vecino asegurara que su casa, su ropa y hasta su coche apestaban a marihuana, pero esta no es la opinión generalizada de otros habitantes de la ciudad. "Yo creo que cada uno a lo suyo", asegura Jody Collins, un ciudadano de Pendleton. "Si tú no estás molestando a nadie, no es un gran acuerdo. Hay cosas peores", señalaba.

Aunque la ordenanza está especialmente dirigida para los cultivadores de marihuana, la policía podría utilizarla con los propietarios de las viviendas. Peter Walter, un vecino de Pendleton molesto con la medida, ha escrito una carta pública en East Oregonian criticando la decisión adoptada por el municipio y pidiendo que si se prohíbe el olor de la marihuana se prohíba también uno de los olores más desagradables de la ciudad: el de las ventosidades.

"Aunque los pedos pueden ser legales en Oregón, muchos (incluido yo mismo) se sienten ofendidos por el hedor de las flatulencias", ha explicado con ironía. "El ayuntamiento debe dejar de mirar para otro lado y fingir no darse cuenta", ha añadido. Una original forma de criticar la prohibición del olor del cannabis, una medida que coarta la libertad de los vecinos de Pendleton.

04/06/2015

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