Un estudio demuestra que la legalización del cannabis medicinal reduce el consumo de opiáceos: ¿Qué podemos aprender de Estados Unidos?

  • Un nuevo estudio demuestra que el acceso al cannabis medicinal reduce la prescripción de opiáceos, una buena noticia que podría ayudar a hacer frente a la epidemia que sufre Estados Unidos desde hace una década. Los opiáceos son uno de los medicamentos más prescritos a la hora de tratar el dolor crónico y también de los que mayor adicción y efectos secundarios causan. En este artículo hacemos una revisión sobre cómo el cannabis medicinal podría ser una poderosa herramienta para el tratamiento de esta condición.

Una investigación publicada en la American Journal of Health Economics por científicos de las universidades de Georgia y Colorado analizó las recetas de opiáceos de 15 a 20 millones de estadounidenses entre 2007 y 2020.

Este estudio, que comparó la evolución del consumo de opiáceos en Estados que legalizaron el cannabis medicinal con aquellos donde no existe este programa, ofrece uno de los análisis más completos para observar la influencia de los marcos regulatorios del cannabis respecto a la seguridad de los pacientes y la reducción de riesgos en sus tratamientos.

Los resultados son contundentes:

  • Se observó una reducción media del 16 % en pacientes con recetas de opiáceos: los Estados en los que el cannabis medicinal se legalizó vieron caer en torno a un 16 % el número de pacientes que recibían recetas de opiáceos, frente a los valores previos. Algunos territorios, como Minnesota o Nueva York, incluso experimentaron descensos superiores al 20%.
  • Disminución de la cantidad prescrita: no sólo bajó el número de pacientes, sino también la cantidad de opiáceos suministrada cada día y el número de recetas por paciente.
  • Sustitución por alternativas más seguras: tras aprobarse el cannabis medicinal, los investigadores detectaron un aumento en el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como ibuprofeno o naproxeno. Esto sugiere que pacientes y médicos recurren a alternativas menos adictivas cuando el acceso al cannabis terapéutico es legal. Lo que parece sugerir una combinación de tratamientos con cannabis medicinal y fármacos más seguros.

Efecto generalizado en distintos grupos: el descenso se observó en hombres y mujeres de diferentes edades y razas, aunque fue mayor en pacientes con cáncer y en personas negras sin cáncer, con reducciones superiores al 20 %.

En conjunto, la investigación concluye que el acceso seguro y legal al cannabis medicinal favorece una reducción significativa de las recetas de opiáceos y que puede ser una herramienta para mitigar la crisis de los opiáceos.

Consumo de opiáceos en España

Aunque la situación en España dista mucho de la de Estados Unidos, existen señales de alerta: el Informe EDADES 2024, elaborado por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA), analizó el uso de drogas en la población general de 15 a 64 años. Según su infografía sobre analgésicos opiáceos:

  • Perfil del consumidor: los usuarios habituales son mujeres de 35 a 64 años.
  • Prevalencia y evolución: entre 2018 y 2024, el consumo de analgésicos opiáceos aumentó 1 punto porcentual en la población general. En 2024, aproximadamente 4 de cada 100 mujeres y 3 de cada 100 hombres declararon haber tomado estos medicamentos en el último mes. El consumo se concentra sobre todo en mujeres mayores de 35 años.
  • Edad de inicio del consumo y abuso: la edad media de inicio es de 35,3 años, y en muchos casos el consumo no sigue las recomendaciones médicas en cuanto a dosis y duración.

Riesgo de adicción: opioides como la morfina, la oxicodona o el fentanilo presentan un alto riesgo de dependencia y han generado una alerta sanitaria en países como Estados Unidos.

Otras fuentes complementan esta información:

  • En 2022, un reportaje de RTVE destacaba que el uso de opiáceos en España se incrementó casi un 54 % en siete años, situando al país como tercer consumidor europeo de fentanilo, solo por detrás de Alemania y Reino Unido.
  • Un artículo de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) publicado en 2024 señalaba que España ocupa el cuarto lugar en la OCDE en consumo de fentanilo y que el consumo de opiáceos creció un 0,6 % el último año. El mismo análisis advierte que el fentanilo, antes marginal, es ya el tercer opioide más consumido (14 %), por detrás de la codeína y el tramadol.

Estos datos indican que, aunque la prevalencia de consumo de analgésicos opiáceos en España es relativamente baja, el aumento sostenido en los últimos años y el auge del fentanilo hacen necesaria una reflexión sobre estrategias alternativas para el control del dolor.

Regulación del cannabis medicinal en España y su posible impacto en la prescripción de opiáceos

El Gobierno español acaba de aprobar el pasado 7 de octubre de 2025 el Real Decreto 903/2025, que regula el uso del cannabis con fines medicinales. Una normativa que establece un modelo muy limitado basado en fórmulas magistrales tipificadas de cannabis. Los puntos clave son:

  • Exclusivamente en hospitales: las fórmulas magistrales de cannabis sólo podrán elaborarse y dispensarse en los servicios de farmacia de hospitales autorizados.
  • Indicaciones limitadas: el decreto reserva el cannabis medicinal para casos en los que los tratamientos convencionales no hayan sido efectivos, como ciertos tipos de dolor crónico, espasticidad por esclerosis múltiple o náuseas por quimioterapia.

A pesar de estas restricciones, el ejemplo norteamericano sugiere que el acceso legal a medicamentos a base de cannabis podría reducir el uso de los opiáceos para el tratamiento del dolor, reduciendo, a su vez, riesgos de adicción y abuso de esta sustancia.

La sustitución observada en EE. UU., donde los pacientes utilizan cannabis para controlar el dolor y reducen el uso de opiáceos podría replicarse parcialmente en España.

Una alternativa para tratar el dolor crónico

El cannabis medicinal puede ofrecer alivio en dolores neuropáticos o crónicos donde los opiáceos tienen poca evidencia de eficacia y alto riesgo de dependencia. Si los especialistas disponen de formulaciones controladas de THC y CBD, podrían disminuir la necesidad de recetar opioides de alta potencia.

Además, los tratamientos con cannabis podrían disminuir los efectos adversos, ya que los preparados con cannabinoides presentan un perfil de efectos secundarios y dependencia diferente mucho más seguro que el de los opiáceos.

No obstante, la situación española presenta particularidades. La regulación limita el acceso a uso hospitalario y no permite la venta en farmacias comunitarias ni el autocultivo; por ello, su impacto en la práctica médica será más acotado que en los Estados Unidos. Aun así, constituye un primer paso para integrar el cannabis medicinal en el arsenal terapéutico y abre la puerta a investigar si su implantación puede contribuir a frenar el aumento de opiáceos que se observa en el país.

El estudio norteamericano demuestra que la legalización del cannabis medicinal funciona, asociándolo a una reducción significativa de las recetas de opiáceos, tanto en número de pacientes como en dosis prescritas. En España, los datos revelan que el consumo de analgésicos opiáceos va en aumento entre los adultos, y alertan de un notable crecimiento del uso de opiáceos y del fentanilo en la última década.

La reciente regulación del cannabis medicinal en España podría ofrecer una vía para reducir la dependencia de los opiáceos en el manejo del dolor. Así, España por fin ha entrado a formar parte del numeroso club de países Europeos que hace años han regulado el cannabis medicinal; los pacientes, por fin, parece que podrán beneficiarse de las lecciones aprendidas en otras regiones y contribuir a frenar un problema de salud pública que preocupa cada vez más.

30/10/2025

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