La marihuana avanza, aunque con precaución, en las islas británicas

  • Si bien Reino Unido aún no planea legalizar el cannabis, sus ciudadanos han empezado a exigir el cambio. El movimiento se empieza a notar en lugares como Durham, Manchester, Newcastle o Edimburgo, así como en Irlanda, que se ha planteado despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de cannabis. Los británicos se alían, poco a poco, al más que necesario proceso de regulación. Por lo menos, empiezan a escuchar a sus ciudadanos.

Solo se necesitaban 100.000 firmas para que la legalización fuera debatida en el Parlamento de Reino Unido, gracias a una petición online que ya superaba los necesarios cinco días después de su lanzamiento y que, a pesar de haber finalizado, cuenta ahora con 234.361 apoyos. James Richard Owen, su impulsor, considera que legalizar la producción, venta y uso de la marihuana generaría millones de libras en impuestos y crearía 10.000 puestos de trabajo.

Opina que, a diferencia del alcohol, la marihuana es una sustancia segura y que tiene muchos usos, después de haber sido utilizado por el ser humano desde hace más de 4.000 años. Sin embargo, desde la década de 1920 es ilegal en Reino Unido (lo que engloba Irlanda del Norte, Escocia, Inglaterra y Gales). Por eso, aunque la presión popular llevó la idea ante debate político el pasado 12 de octubre, la respuesta no ha sido favorable: el Parlamento ha dicho que no planea legalizar el cannabis.

A pesar de las circunstancias, el avance que se aprecia es claro: por muchos límites que establezca la administración, la necesidad ciudadana de legalizar queda patente. Lo más positivo es que los ciudadanos han opinado e internet podría ayudar a hacer efectivos sus deseos. En esto tiene mucho que ver el diputado laborista Paul Flynn, que durante el debate expuso convincentes ideas.

Flynn opina que continuar con la prohibición solo aumenta la criminalidad y que se trata de una práctica cruel, inútil y con la que se malgasta mucho dinero. "Perdemos miles de millones en arrestar y encarcelar a los consumidores", ha dicho. Además, es consciente de que la regulación de este mercado en otros países está reemplazando de forma efectiva al ilegal, algo que también debería aprovechar el país.

No es el único que piensa así. De hecho, recientemente se ha filtrado un informe encargado por el liberal demócrata y ex vice primer ministro Nick Clegg que afirma que la legalización supondría hasta 800 millones de libras (unos 1.000 millones de euros) en impuestos anuales para las arcas del país. El incremento anual de los ingresos del Estado podría superar los 500 millones de libras (700 millones de euros). Por otro lado, generaría ahorros en el sistema penal.

Dicho informe no solo contiene datos relevantes sobre los beneficios que reportaría la legalización, sino que su descubrimiento supone que el Tesoro británico ha querido analizar las ventajas y que es consciente de que la legalización reporta cuantiosos beneficios.

Ante esto, el portavoz en materia de salud del partido Liberal Demócrata, Norman Lamb, cree que debería darse un nuevo enfoque al tratamiento que se hace sobre la marihuana. Piensa que este texto puede llevar a un debate pues "hay mercados emergentes exitosos de cannabis, y debemos aprender de estas experiencias". Flynn ha ganado el apoyo de los demócratas liberales, con los que ha creado un grupo independiente de expertos para analizar cómo funcionaría un mercado de cannabis regulado en Reino Unido.

Más allá de esto, la campaña 'Feed the birds', que apoya la legalización, suele distribuir semillas de cáñamo al menos una vez al año cada 20 de abril. Del mismo modo son conocidos por plantar ramas de cannabis en jardineras y parques de diferentes ciudades británicas.

Las cosas también están cambiando en el norte de Inglaterra. Las autoridades de la ciudad de Durham consideran que a partir de ahora deben centrarse en perseguir delitos serios, por lo que no actuarán contra los consumidores de marihuana, a menos que "cometan infracciones graves". En concreto, los cultivadores que cuiden cannabis para autoconsumo no serán vigilados ya que las fuerzas de seguridad consideran que, aunque aún no se ha legalizado, tampoco debe ser una prioridad en sus tareas.

El comisario Ron Hogg cree que la decisión puede incentivar un debate que lleve al Gobierno a cambiar su política cannábica. Tanto él como el jefe de policía de la zona, Mick Barton, apoyan la despenalización. David Raynes, de la Alianza Nacional de Prevención de Drogas, no cree que la decisión sea acertada y piensa que animará a más gente al consumo. Hogg no cree lo mismo y seguirá adelante con la decisión.

Manchester, por su parte, también se ha unido al movimiento y hace algunas semanas anunció la próxima apertura de un 'coffeeshop' para dispensar aceite terapéutico holandés. Quieren informar a los pacientes de las ventajas, aplicaciones, dosis y constitución de la marihuana medicinal con el fin de que entiendan todos sus beneficios, puesto que no está regulada en el país.

Muy cerca de allí, en la Universidad de Newcastle, tuvo lugar una conferencia el pasado 27 de noviembre para debatir sobre la legalización. Contó con la participación de médicos que hablaron sobre el papel del cannabis en cuidados paliativos y en enfermedades como el cáncer. Se trata del primer evento de una serie de charlas organizadas en la región para hablar en público sobre el tema y poner en contacto a profesionales y ciudadanos.

Mientras tanto, en Edimburgo ha nacido un partido procannabis que apuesta por la legalización y quiere conseguir que su candidato opte a las elecciones generales. Defiende que la marihuana es mucho más saludable que el alcohol y asegura que las políticas relacionadas con el sector en Gran Bretaña no tienen buena posición.

"Ha habido gran progreso en otros países, hay 700 clubes sociales en España, el cannabis ha sido legalizado en 4 estados estadounidenses y el número está creciendo cada año", ha explicado su líder, Paul Birch. Y a pesar de los avances externos, opina que la situación interna es muy diferente porque nadie ha movido ficha en los últimos 20 años. Cree que el motivo es que muchos políticos temen perder votos, aunque la opinión pública se muestra favorable a la hierba.

También sostiene que pocos políticos se atreven a participar en un debate similar ya que no tendrán argumentos en los que apoyar el prohibicionismo. Añade que es importante reconocer los beneficios terapéuticos porque "hay pacientes de Reino Unido para los que es el medicamento perfecto" y no pueden acceder a él.

Más allá del escenario general, Birch considera que si Escocia tuviera capacidad para tomar sus decisiones sobre una legislación cannábica, habría oportunidad de avanzar más rápido. De momento, aunque sea difícil ganar escaños, creen que marcan la diferencia al llevar este tema en su agenda.

Por otro lado, Irlanda ha anunciado que podría dejar de perseguir la posesión de pequeñas cantidades de cannabis. El político Aodhán Ó Ríordáin considera necesario un compromiso serio y un cambio cultural, así como que los consumidores dejen de estar criminalizados por poseer cannabis. No obstante, hace una diferencia entre legalizar y despenalizar, para elegir lo segundo. Quiere que la venta o distribución de la hierba sigan siendo ilegales.

Como vemos las cosas van cambiando a mejor y de forma progresiva en las islas británicas. Era de extrañar que, después de los notables cambios que se están sucediendo en muchos lugares de Estados Unidos y de América Latina (e incluso en la propia Europa), Reino Unido e Irlanda se quedaran a un lado y no pretendieran avanzar y dar ciertos derechos a los consumidores cannábicos de su territorio. 

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